Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

martes, diciembre 12

Suiza en tren: Glacier express, un paseo por las nubes



(Un texto de Alicia Hernández de la revista Paisajes en el tren de mayo de 2010)

"El tren rápido más lento del mundo". Con este eslogan, el Glacier Express, que [tiene más de] 80 años, invita a recorrer los picos de los Alpes suizos… rozando el cielo. Sin prisas y con pausas inolvidables, entre la majestuosidad de Zermatt y el glamour de St. Moritz. 

Antes de que St. Moritz y Zermatt se convirtieran en las estaciones más chic de los Alpes Suizos, las tres compañías de ferrocarril de Suiza (VZ -después BVZ-, RhB y FOB) comenzaron en 1926 la construcción de las líneas de alta montaña para potenciar el turismo y abrir el paso de la ruta entre el Valais y Graubünden. El 25 de junio de 1930, tras la apertura de la línea Viege-Coire, el Glacier Express realizó su primer viaje: partió a las 07.30 con 70 pasajeros, y llegó a St. Moritz casi 11 horas después. Desde sus inicios funcionó con tracción eléctrica y se le conoció como el "expreso más lento del mundo". Nació un mito ferroviario.

Hasta 1981, el Glacier Express pasó por el túnel Furka-Scheitel. El tramo entre Oberwald hacia Realp podía ser transitado solo durante los meses de verano, por lo que el resto del año el Glacier Express no circulaba y en otoño las líneas eléctricas se desmontaban para evitar que los aludes las destruyeran. Fue este tramo, precisamente, el que le dio el nombre al tren, ya que desde sus ventanillas se podía contemplar el glaciar Rhonegletscher.

Hoy, el trayecto del Glacier Express, de 291 kilómetros de longitud, se recorre en 7.5 horas gracias a la apertura en 1982 del túnel base de Furka, de 15 kilómetros, entre Realp y Oberwald, y a la adquisición de modernas locomotoras a mediados de los ochenta y a principios de los noventa del siglo pasado. La velocidad a la que circula el Glacier Express es de solo 35 km/h, lo que permite al viajero disfrutar de los picos nevados, de las gargantas y torrentes y fotografiar al de talle este espectáculo alpino (www.glacierexpress.ch).

ENTRE DESFILADEROS Y GLACIARES

El viaje empieza en el mágico Oberengadin, en St. Moritz, y si se parte de Davos, en el hermoso valle de Landwassertal. En este caso, sigue al principio las aguas jóvenes del río Landwasser a través del desfiladero de Zügenschlucht para atravesar después el majestuoso viaducto Wiesner. Filisur es el punto de encuentro de ambos tramos iniciales y desde aquí se llega a una obra maestra de la ingeniería: directamente, al salir del túnel, el Glacier Express marcha a una vertiginosa altura hacia el viaducto trazado en una atrevida curva sobre el Landwasser. El recorrido sigue por el salvaje desfiladero de Schynschlucht, decorado con castillos y palacios, hasta llegar a Chur: este es el punto más bajo del viaje con apenas 600 metros de altitud.

Después de los amenos valles y verdes paisajes de Graubünden, el recorrido se hace nuevamente emocionante. En el desfiladero del Rin se elevan inmensas paredes rocosas de alturas vertiginosas a la izquierda y a la derecha de las vías. El paisaje es realmente impresionante. Las paredes de las montañas, infinitas. Y al lado, el rio. Pronto, el tren abandona este singular paisaje del desfiladero para llegar a Disentis, donde se encuentra la abadía benedictina más antigua de Suiza (año 720). A partir de aquí la altura se impone y el tren necesitará la ayuda de una cremallera para vencer la pendiente. Tras esta parada técnica en la estación, en cuanto la moderna locomotora de cremallera queda enganchada, el viaje continúa. El Glacier Express trepa ahora hacia la cumbre del trayecto: el Oberalppass, de 2.033 metros de altitud, con el lago alpino del mismo nombre engarzado en el grandioso escenario de las montañas cubiertas de nieve hasta en verano. Después del empinado descenso nos saluda Andematt, que se sitúa en la antigua ruta comercial norte-sur a través de los Alpes. Andermatt es una típica pequeña ciudad de las montañas suizas, con calles cuidadas, fachadas pintadas con motivos bíblicos y montañas que surgen de entre los tejados. Se respira una vida apacible, pero hasta hace treinta años llegar aquí tenía muchas dificultades en invierno. Gracias al túnel Furka-Basis, que se terminó en 1982, las comunicaciones mejoraron y el Glacier Express continuó funcionando en los meses de invierno. Este tramo del tren en las entrañas de la montaña dura 20 minutos antes de salir de nuevo a la luz, tras 15 kilómetros de recorrido.

La última parte del viaje discurre aliado del Ródano joven. Con agilidad, el tren se desliza hacia abajo en dirección a Brig. A los lados, bellas y tradicionales casas de madera de Wallis, iglesias barrocas y espesos bosques de arces, que se ponen dorados en otoño. Desde el punto de vista de la ingeniería técnica ferroviaria, el punto culminante es el túnel en espiral de 270º, a través del cual se enrosca bajando 150 metros hacia las profundidades de la montaña y el valle. En Brig, con su famoso palacio Stockalpershloss, comienza el tramo final subiendo al valle de Mattertal: aquí, el tren se acopla de nuevo a la cremallera para ascender sin problema por las empinadas pendientes. Los desfiladeros van bordeando el recorrido como si se tragaran al tren, y aparecen diminutos pueblos y puentes de piedra antiquísimos. De repente, un gigantesco embudo de piedra, una morrena del glaciar, recuerda un momento de pánico, el que se vivió en 1991 cuando un desprendimiento de la montaña en Randa puso en evidencia la fuerza destructiva de la naturaleza y hubo que desviar el trazado de la vía.

La llegada del tren a Zermatt, a los pies del pico Matterhorn o Cervino, con 4.470 metros, y donde los coches tienen prohibida la circulación, produce ya nostalgia al viajero. Es el final del trayecto… pero aún queda más. El Glacier Express cuenta con una versión aún más exclusiva pensada para amantes empedernidos del ferrocarril Con regularidad, hace el recorrido Alpine Classic Pullmann Express enganchado en una locomotora cocodrilo G 6/6 de más de 70 años, y el antiguo tramo de montaña Furka se vence, como en otros tiempos, a vapor. Idílico.

Etiquetas: