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viernes, septiembre 15

Cajeros automáticos: dinero (y otras cosas) las 24 horas del día



(Un texto de ángel gavin en el tercer milenio del heraldo de Aragón del 23 de mayo de 2017) 

No poder retirar dinero de su banco porque había cerrado puso en marcha la cabeza del escocés John Shepherd-Barron, creador del primer cajero automático que sería aceptado por los usuarios. Fue en los años sesenta. La inspiración le vino de las máquinas dispensadoras de chocolatinas.

[…] sabemos que quien inventó los cajeros automáticos lo hizo precisamente después de no poder retirar dinero de su banco, al encontrarse la oficina cerrada. Paradójicamente no fue el primero en intentarlo, pero sí en tener éxito.

Todos conocemos, desde que íbamos al colegio, al gran Thomas Alva Edison. Menos conocido es Luther George Simjian, al que algunos denominan el ‘segundo Edison’ por tener casi 200 patentes a su nombre. Simjian quedó huérfano de padres tras el genocidio del pueblo armenio por parte del imperio otomano. De pequeño tuvo que emigrar a Estados Unidos, donde terminaría desarrollando una brillante carrera como inventor.

Simjian inventó el primer cajero automático, pero no tuvo éxito. A veces pasa cuando eres el primero. En 1939 registró hasta 20 patentes relacionadas con los cajeros automáticos. Contactó con el grupo bancario Citi y consiguió que se hiciera una prueba. Sin embargo, el resultado no fue el esperado: la gente que usaba el cajero lo hacía persiguiendo el ‘anonimato’, sin ser vistos por el personal del banco.

Habría que esperar a los años sesenta para encontrar el primer cajero automático que fue aceptado por los usuarios. Se le debe al escocés John Shepherd-Barron. Cuenta la historia que, un sábado por la mañana, John pretendía sacar dinero del banco y se encontró que había cerrado hacía solo unos minutos.

Como otros muchos en su tiempo, sufrió en sus carnes el problema de no poder disponer de efectivo 24 horas al día, todos los días del año. Pero, a diferencia del resto, puso su empeño en resolver este ‘pequeño’ inconveniente. John trabajaba por entonces en una empresa que hacía máquinas para contar billetes. Pero la inspiración le vino de las máquinas dispensadoras de chocolatinas: una manera sencilla de conseguir chocolate en cualquier momento del día.

El primer cajero era muy distinto a los que conocemos ahora. No existían las bandas magnéticas, por lo que las ‘tarjetas’ eran cheques impregnados con un material radiactivo. Ideó también los códigos PIN (siglas de Número de Identificación Personal, en inglés) de cuatro dígitos para identificar al propietario. John Shepherd-Barron pensó en un número de seis dígitos, como el que identifica a los soldados, pero su mujer le recomendó que fueran cuatro por ser más fácil de recordar.

El cajero de Shepherd-Barron no estaba conectado a la red del banco. Solo dispensaba billetes de 10 libras y, al no poder comprobar si el usuario disponía de saldo, estaba restringido a personas de máxima confianza del banco.

Fue el grupo Barclays quien puso en marcha el primer cajero automático de Shepherd-Barron, en el municipio londinense de Enfield Town, un 27 de junio de 1967. Los cajeros automáticos no llegarían a España hasta 1974, ya con banda magnética. Desde entonces, han estado en constante evolución.

Por su aportación a la banca, en 2005 John Shepherd-Barron recibió el nombramiento de Oficial de la Orden del Imperio Británico.

En la actualidad, los medios de pago están evolucionando de forma vertiginosa. La introducción de banda magnética, la conexión a red, la posibilidad de pagar en comercios… son realidad desde hace tiempo. Hoy en día ya no necesitamos ni la tarjeta.

Pero, ¿y si nos olvidamos el móvil y la cartera? ¿Podemos todavía pagar? Los bancos ya han pensado en ello: relojes inteligentes, huellas dactilares, iris del ojo o reconocimiento facial nos están liberando ya de esos ‘pesados’ artilugios que son las tarjetas. 

LECCIONES APRENDIDAS

NO IMPORTA NO SER EL PRIMERO
Ser el primero en hacer o conseguir algo no significa necesariamente alcanzar el éxito. Facebook no inventó el concepto de red social, ya había una antes (My Space). Pero por algún motivo My Space desapareció y fue Facebook quien se llevó todos los honores.

LA SOLUCIÓN QUE VALE PARA TI VALE PARA OTROS
Como ya se ha dicho en otras ocasiones, si tienes un problema, resuélvelo. Una vez resuelto descubrirás que son muchos a los que tu propuesta les resulta interesante.

INCONFORMISMO
El inconformismo siempre ha sido un valor en alza. Si todo el mundo asumiera que «las cosas siempre han sido así» y no se hiciera nada por cambiarlas, entonces no habría progreso.

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