Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

domingo, septiembre 30

Buey: de la mesa de los Tudor

(Extraído de un artículo de Caius Apicius en el Heraldo de Aragón del 24 de marzo de 2012)

[...] la más noble forma de presentar una buena pieza de buey: convertida en 'roast-beef'.

Esta es una de las tres aportaciones de la cocina inglesa a la gastronomía universal, pero, a diferencia de la salsa Worcestershire (Lea&Perrins) y el gin-tonic, no procede de la India, sino que es típicamente británica, un gran legado de la época de los Tudor. El 'roast-beef' hay que planificarlo bien. Lo primero, pensar con quién se comparte. Un buen 'roast-beef', como un gran vino, necesita que quienes lo saboreen sean capaces de apreciarlo en todo lo que vale, gastronómica e históricamente. Decidido este punto, y comprobado que en la bodega tenemos el vino adecuado, será el momento de hacerse con la materia prima.

¿Lo mejor? Lomo. De buey, por supuesto. Diría que Hereford, o Charolais. De los de casa, el rubio gallego.
Si muge con acento porteño, Angus-Aberdeen. Llegado el día, limpiamos nuestra pieza, de unos dos kilos y medio de peso. Aceitado y salpimentado su exterior, la depositamos en una bandeja de horno, provista de una rejilla para evitar el contacto de la carne con el fondo. Al horno, que teníamos a 250 grados. Dejamos así las cosas unos diez minutos, hasta formar una costra exterior. Bajamos a 180 grados... y lo dejamos hacerse. El tiempo ideal está entre 25 y 30 minutos por kilo. En cuanto estimamos que está, lo dejamos descansar en el mismo horno, pero abierto y apagado. Para la salsa recordamos que no la hay mejor para una carne que su propio jugo, que desglasamos con un caldo hecho con los recortes y alguna verdurita.

Y si sobra, al día siguiente corte el resto del 'roastbeef' en lonchas más finas, póngalas en un plato, con unos pepinillos y unas cebollitas en vinagre (no escatimen en la calidad de estas cosas, no vale la pena en ningún sentido) y, al lado, un poco de mostaza de Dijon a la antigua, potente en sabor pero prudente en picor, y un poco de la pasta resultante de mezclar con agua mostaza Colman's, inglesa, que no se corta un pelo a la hora de encender la boca. Una Guinness, fresca, no helada... y segundo capítulo, perfecto para hacer callar a quienes sigan opinando que no hay segundas partes buenas.

sábado, septiembre 29

¿Qué es una helada negra?

(Leído en el XLSemanal del 27 de enero de 2008)

Una helada es un fenómeno metereológico que se produce cuando la temperatura del aire desciende de forma brusca por debajo de cero grados centígrados y, entonces, el agua de la atmósfera se congela y se deposita en forma de cristales de hielo sobre el suelo. Este enfriamiento se debe a distintas causas, desde la invasión de una masa de aire gélido hasta el descenso de la humedad tras la lluvia. En el caso de la helada negra, ésta se debe a un enfriamiento progresivo e intenso del suelo, debido a la radiación del calor que contiene hacia la atmósfera. Normalmente ocurre cuando el cielo está despejado, no sopla el viento y la humedad ambiental es baja. Se trata de un tipo de helada muy dañina para los vegetales, de ahí que los campesinos le pongan el adjetivo de "negra". Incluso las plantas más resistentes, como los parrales, se ven afectadas por ella.

viernes, septiembre 28

Plagio

(La columna de Martin Ferrand en el XLSemanal del 13 de junio)

En octubre de 1939, Enrique Jardiel Poncela estrenó en el teatro Infanta Isabel una de sus comedias más divertidas, Un marido de ida y vuelta, una de fantasmas. Isabelita Garcés y Rafael Bardem encabezaron
el reparto y, para celebrar el éxito de la primera función, se fueron a cenar con el autor a un restaurante clásico de Madrid, Casa Salvador (calle Barbieri, 12). Es un establecimiento de ambiente taurino en el que se siguen viendo matadores de postín, pero hace setenta y tres años comer 'a la carta' en España no era tarea sencilla. La escasez de alimentos era total. A pesar de ello, en Salvador era famosa la pechuga de pollo a la Vllleroy, un plato que los herederos del viejo fundador han quitado de la carta en beneficio del rabo de toro, más concordante con la decoración de la casa. Josefina Carabias, gran amiga de Jardiel y una de las mejores periodistas españolas del siglo XX, contó con detalle aquella cena en la que se bebió vino de Colmenar y se tomaron de postre bizcochos borrachos de Guadalajara, un lujo inmenso.

Cuatro años después, Noël Coward estrenó Un espíritu burlón. Su éxito fue inmenso y en 1945 la llevó al cine el director David Lean, con Rex Harrison y Constance Cummíngs a la cabeza del reparto. El detalle está en que, a todas luces, la obra de Coward es un plagio descarado de la de Jardiel. El autor inglés celebró el éxito de su plagio en el famoso Harry's Bar (calle Vallaresso, 1323, Venecia, Italia), en donde él y su compañero brindaron con el famoso cóctel Bellini (champán, helado, melocotones pelados y azúcar) que, dicho sea de paso, era la bebida preferida de Emest Hemingway cuando estaba en Venecia.

jueves, septiembre 27

Carlos Fitzcarrald, el Hijo del Sol

(Un artículo de Carlos Salas en El Mundo del 12 de septiembre de 2010)

Cuando hablamos de empresarios y sus hazañas, parece que la historia no retroceda más allá de mediados del siglo pasado. Por eso vale la pena recordar cómo se montaban empresas en el siglo XIX, el siglo de los aventureros, los abrecaminos y los grandes emprendedores-pioneros. 

Esta es la historia de William Fitzgerald junior. Este marino llegó al puerto de Callao en Perú como grumete de un barco norteamericano a mediados del siglo XIX. Sugestionado por la belleza bruta del continente, juntó sus ahorros, saltó del barco y recorrió boquiabierto el país: la cordillera, la selva, las ciudades nacientes, los cerros mineralizados de Potosí... Alcanzó el empotrado pueblo amazónico de San Luis de Huari, donde el español Fennín López le dio alojamiento y le presentó a su hija Esmeralda. Así nació una historia de amor y una metamorfosis: William Fitzgerald se transformó en Guillermo Fitzcarrald, y de marinero salado pasó a hacendado de agua dulce. 

Tuvieron varios hijos y el primogénito se llamó Isaías Fermín. Nació e1 6 de julio de 1862. Fue enviado al mejor colegio de Lima, y según escribió en 1942 el biógrafo Ernesto Reyna, era unjoven «de rubio y rebelde cabello caído sobre la frente, atlético y audaz, capitaneando a la muchachada bullanguera». 

Cuando era adolescente y para endurecerle el corazón, su padre le animó a comandar una caravana y adentrarse en la selva vendiendo mercaderias. Aquella fue su primera Business School, pues el joven Isaías Fermín visitó a caballo decenas de pueblos, donde penetraba en las tabernas para entregarse a juegos de naipes llamados rocambor, trecillo y pinta. Una noche, uno de los tahúres perdedores le clavó enfurecido un cuchillo en el estómago y huyó con las apuestas. La prensa local dio pronto noticia de la muerte del joven Fitzcarrald, desangrado por ganar. Un curandero le soldó los intestinos, pero la errónea noticia de su muerte llegó a oídos de su padre, quien no pudo evitar el dolor y murió desesperado. Enloquecido como sólo se enloquece en tierras húmedas y supurantes de calor; Isaías Fermín se despidió de su familia y se perdió en la selva acompañado de rabia y un dibujo cartográfico. En la extraña ciudad de Huánucto supo que había estallado la guerra contra Chile y pensó que era una buena forma de morir. Su primer encuentro con soldados le deparó una sorpresa amarga: traían amarrados a los indios, a los que usaban como carne de cañón. Fitzcarrald ordenó a los cachacos que cortasen las amarras, pero un militar alcoholizado le tachó de espía y lo mandó a prisión.

Como el joven Isaías no portaba documentos, sólo había pruebas de que un tal Fitzcarrald había muerto apuñalado. Decretaron que era un «espía chileno» y que debía morir en el paredón. En la celda su única compañía era una estampa de San Carlos Borromeo que le había regalado Doña Esmeralda, su madre. Fuese milagro o casualidad, el cura que le dio confesión era el mismo que le había regalado la imagen. Dio fe de que el vivo no había muerto, y desde entonces Fitzcarrald se llamó Carlos Fermín Fitzcarrald. Pero su alma ya era una sentina llena de odio: se internó 10 años en la selva y ahí dio fruto a la leyenda.


Aprendió el idioma de los campas, los humaguacas y caslubos (un poco antropófagos, decían los relatos). Los indios le tomaron por el Hijo del Sol que tanto esperaban. Los rumberos que volvían de la selva empapados en sudor sin haber encontrado El Dorado, hablaban de un «indio blanco» que aparecía en las
cabeceras del Ucayali portando cananas y fusil. Y así era, porque las tribus hacían largas caminatas para conocer a la reencarnacióndel Inca Juan Santos Atahualpa, y Fitzcarrald, envanecido de poder, ordenaba a los nativos ordeñar los árboles de caucho, porque si no, «se secarían los rios y escaparía la caza». Un misionero, el padre Sala, describió así la estratagema: «[Era] para tenerlos más a la mano como cargueros para la recolección de la goma, o peones para el cultivo de las chácaras».


Convertido en el más rico cauchero del Ucayali, se presentó Fitzcarrald en Iquitos, abrió negocios con fumas brasileñas, cayó prendado de AuroraVelazco, hija de un coronel, y concertó una boda principesca. Construyó una casa en la confluencia con el Mishagua y desde allí lanzó su gran desafío. Abrir un istmo para conectar dos ríos. En junio de 1894 vociferó un discurso cuyo eco aún está pegado a las hojas amazónicas.
«Pueblos de los campas y tribus de los cocamas, capanaguas, mayorumas, remos, cashibos, piros y huitotos:
os llevo, como un padre bueno y justiciero, a daros el premio de los montes divinales, que se extiende por donde sale el sol, donde abundante caza os espera; allí os daré pólvora y balas para que vuestras escopetas abatan a las bestias».


Desmanteló un barco de vapor llamado Contamana, y durante dos meses lo hizo rodar por tierra sobre troncos con la fuerza de mil indios y cien caucheros blancos. Grandes cuerdas sirvieron para jalar el casco y las piezas a través de diez kilómetros, salvando picos de 500 metros de altitud. La hazaña supuso enfrentarse a tribus de maschos y huarayos, que lanzaban flechas deletéreas contra la canoa de titanes y sus marineros emboscados.


Por fin, Carlos Fermín Fitzcarrald unió las piezas y surcó las aguas del Caspajali. El 4 de septiembre arribó al primer puerto de caucheros blancos, quienes se arrodillaron ante esa ruta más barata de transportar caucho: a través de un istmo. Se llamó istmo de Fitzcarrald. «Se construirá un ferrocarril», prometió el Hijo del Sol. En1891, cuando llevaba los primeros rieles de su via férrea en el vapor Adolfito, los rápidos se tragaron a Carlos Fermín Fitzcarrald cuando trataba de salvar a un amigo. Tenía 35 años. 


Había vivido por todo un siglo. Cien años tardaría el mundo en conocer su leyenda gracias a un cineasta alemán llamado Werner Herzog, un actor loco llamado Klaus Kinski, y a una película salvaje  llamada Fitzcarraldo.

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miércoles, septiembre 26

Recortar o podar: ajustes para el crecimiento o para todo lo contrario

(La columna de Pablo Cereza en el suplemento económico de El Mundo del 27 de mayo. Y sigue estando vigente... ¡¡terrible!!)

Economistas como Paul Krugan abogan por el gasto público para impulsar la economia, pero los hechos demuestran que muchas veces sucede lo contrario. Céline Carrere y Jaime de Melo (Universidad de Génova) han estudiado 58 casos de políticas fiscales en los 38 países de la OCDE descubriendo que, cuando el déficit primario supera el 2%, los estímulos presupuestarios pueden incluso debilitar el crecimiento. Esto sucede porque los efectos multiplicadores se diluyen cuando el gasto público ya se encuentra en niveles
elevados y porque éste es un mal bálsamo cuando pocos confían en que el déficit se pueda encarrilar.

En el documento Has austerity gone too far?, Giancarlo Corsetti, director de Programa del think tank,
Centre for Economic Policy Research (CEPR), se pregunta cuáles son los límites para la reducción del déficit público. ¿Hay un momento en el que la austeridad puede afectar al crecimiento y volverse contra sí misma? Corsetti ha analizado los casos de Italia y Reino Unido y ha encontrado que lo importante es reducir el déficit tanto como sea necesario para recuperar la confianza. El hecho clave es que los riesgos soberanos
se transmiten a las empresas que operan en este país y encarecen sus costes de financiación. Por eso, flaquear en la lucha contra el déficit podría ser perjudicial, porque supondría quedarse en tierra de nadie y combinar dos efectos negativos: una contratación pública menor y un acceso al crédito todavía difícil.

Los investigadores del CEPR, Alberto Alesina y Francesco Giavazzi, señalan que no todas las formas de cerrar la brecha del déficit son iguales. De acuerdo con la experiencia de los países de la OCDE en los últimos 40 años, apuntan que «un ajuste pequeño por el lado de los ingresos puede ser más recesivo que
uno más grande por el lado de los gastos». De hecho, los recortes presupuestarios pueden impulsar el desarrollo si van acompañados de políticas hberalizadoras. Además, sólo las reducciones de gasto conducen a equilibrio permanente, mientras que cuando se suben impuestos la ratio Deuda/PIB tiende a dispararse a largo plazo. La subida de impuestos seria además ineficaz, porque "la mayor parte de Europa está en la parte más alta de la curva de Laffer" (Mathias Trabandt y Harald Uhlig, National Bureau of Economic Research).

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Cócteles: sangrita

(Una columna de Javier de las Muelas en el suplemento Dominical de El Periódico)


La sangrita es un trago típicamente mexicano, sin alcohol con el que se acompaña en muchas ocasiones el tequila. El nombre hace referencia a su color rojizo como el de la sangre. Sirve para prevenir la resaca tras una noche de rancheras, fajitas y abundantes tequilazos.

Ésta es la receta para seis buenos bebedores: 12 medidas de zumo de naranja, 9 de zumo de tomate, 4 de zumo de lima, 2 cucharaditas de granadina, 1de sal, 1 chili fresco picado muy fino -lo podemos substituir por media cucharadita de pimienta de cayena, si lo queremos más suave-, 3 golpes de salsa Worcestershire y un detalle de pimienta negra.

Vertemos en un bol grande el zumo de naranja, el de tomate, el de lima y la granadina. A continuación, agregamos la sal, el chili, la salsa Perrin's y la pimienta negra. Mezclamos bien con una cuchara de madera y dejamos enfriar durante unas cuatro horas en la nevera. Finalmente, colamos en una jarra y ya la tenemos lista para acompañar el tequila. Combina fantásticamente bien con el reposado. Serviremos ambos en vasitos pequeños, alternando los sorbos.

La pueden comprar ya elaborada, pero cuando prueben la suya verán que no hay color. Unas rancheras o algún CD Herb Alpert nos darán el ritmo necesario para su preparación.

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martes, septiembre 25

Agualoja

(La columna de Martin Ferrand en el XLSemanal del 9 de septiembre de 2007)

Son muchos los antecedentes, no sólo las aguas de limón o de cebada y la zarzaparrilla, de los refrescos que hoy se anuncian en la televisión. Tienen globalizada la sed de los humanos y, bien fresquitos, comparten con la cerveza la gloria líquida de las bebidas del verano. Uno de los más afamados era el agualoja, hecho con agua, miel y algunas hierbas aromáticas que, como corresponde a la leyenda actual de la Coca-Cola, pertenecían al secreto de sus fabricantes. A la llegada de los primeros calores, desde el siglo XVI hasta finales del XIX, los vendedores ambulantes de agualoja –también conocida como aloja– salían de Cantabria, recorrían Castilla la Vieja y llegaban hasta la Nueva. Consta su presencia en Toledo. Lope de Vega habla de ellos en La Dorotea y eran especialmente conocidos los de Reocín y Entrambasmestas.

Los cántabros, como ya no son castellanos, se quedan en Cantabria. En La Montaña, según la terminología clásica. Quizá sea que no se atrevan a salir por la carretera o el ferrocarril que (in)comunican Santander con Madrid. Olvidado el agualoja, muchos de ellos prosperan en restaurantes de notable y creciente interés. Señalaremos, como ejemplo, a Cañadío (Gómez Oreña, 15. Santander), donde Francisco Javier Quirós busca y encuentra formas de actualizar los sabores de la tierruca. También Los Avellanos (avenida Fernández Vallejo, 122. Tanos, Torrelavega), que legítimamente presume de su recién alcanzada estrella Michelin y que, además de una buena cocina, a cargo de Javier Ruiz, ofrece un comedor ejemplar por su orden y concierto, en el que actúa de maestresala Jesús Ortiz y que dispone de una bodega bien surtida y muy atenta a las novedades que, para nuestra alegría, cada vez son más y mejores.

lunes, septiembre 24

Campari, placer amargo

(Un artículo de Juan Barbacil en el suplemento dominical del Heraldo de Aragón del 16 de junio)

Este bitter italiano que elabora la casa Fratelli Campari en las afueras de Milán, con una fórmula secreta, es
un aperitivo perfecto. La sensación amarga y ácida del bitter más vendido del mundo despierta los sentidos
gustativos y prepara el paladar y el estómago para disfrutar de un buen plato.


Desde su introducción, en 1860, en el norte de Italia, el Campari no ha pasado desapercibido: o se le ama o se le odia; no hay términos medios. Y esto se debe, en gran parte, a que se trata de una bebida amarga y densa, que obliga a diluirla con hielo, soda o naranja para sensualizarla.

Gaspare Campari, su creador, fundó en Novara el Café dell'Amizia, pero, animado por Letizia Galli, su segunda esposa, se trasladó al centro de Milán. En 1862, concretamente en el Café Campari, Gaspare Campari ofrecía a su clientela un aperitivo de su invención. Entre sus clientes habituales figuraban los reyes Humberto I de Italia y Eduardo VII de Inglaterra. En la puerta del local había una estatua con un ángel (l'angiolino del Campari) con una cesta donde los jóvenes románticos dejaban sus mensajes de amor para sus novias. Inicialmente, Campari bautizó su eompleja invención con el nombre de Bitter all'uso d'Hollandia, en referencia al éxito alcanzado en aquella época por una serie de tragos alcohólicos holandeses. Después empezó a conocerse, simplemente, como Campari.

Realizada a partir de extracto de alcachofa, su característico sabor surgía de la combinación de hasta 60 ingredientes distintos, incluyendo hierbas, especias, ralladuras de frutas y cortezas, entre las que sobresalen la quinina, el ruibarbo o la naranja amarga y la toronja. El color, según el mito, lo obtenían del caparazón de tortuga, aunque hoy se sabe que es la cochinilla el colorante empleado en los licores para obtener el color rojo.

La fórmula de elaboración del Campari sigue siendo secreta, al margen de algunos ingredientes (aguardiente, quina, cortezas de naranja, ruibarbo, chino, jarabe azucarado...); pero se sabe que se envejece en roble y se clarifica con claras de huevo, procedentes de la industria repostera que pertenece también a la misma firma y que elabora un popular bizcocho (zabaglione). Incluso hoy, la única persona que la conoce al dedillo es el presidente de Campari, quien elaborala fórmula junto con un reducido equipo de técnicos. Estos, sin embargo, sólo la conocen de forma parcial.

El Campari es el bitter más vendido del mundo, con una graduación alcohólica ligeramente menor a la mayoría de estos. Mientras el Campari tiene una graduación de 25º, el resto de los bitters superan los 28º. Ingrediente fundamental en los cócteles americano y negroni, el Campari se puede tomar seco, con piel de limón o con soda; de hecho, el Campari con soda fue una creación personal de Davide, hijo del fundador, que en 1932 creó también una famosa campaña publicitaria con carteles creados por grandes artistas.

Justamente, la sensación amarga y ácida del Campari es el factor clave para despertar los sentidos gustativos y preparar el paladar y el estómago para disfrutar de un buen plato. Y aunque, en la actualidad, el Campari se ofrece en varios estilos y mezclas para acomodarse a distintas ocasiones de consumo, la principal función de la bebida es servir de aperitivo. Con más de dos vasos se pierde la gracia.

Muy apreciada por bebedores ilustrados, el Campari ha sido el fiel acompañante de legendarias figuras literarias y cinematográficas como Ernest Hemingway, William Holden, Sylvester Stallone y Christina Aguilera. El agente secreto James Bond también mostró en el celuloide su debilidad por el Campari, pero en preparaciones como el negroni y el americano. 

En la actualidad, la casa Campari vive un agitado renacimiento, alrededor del concepto de la 'pasión roja'. Su botella se ha vuelto más estilizada y sus posibilidades de mezcla y cocteles también es más amplia.

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domingo, septiembre 23

Diarios: trozos de vida II

John Steinbeck confiesa que antes de decidirse a exhibir sus emociones en las grandes hojas de un libro de contabilidad, ya había intentado llevar diarios, "pero no funcionaron por la necesidad de ser sincero". Por eso, porque no habla de sí mismo, sino sólo de lo que vieron sus ojos, conmueve el diario del cirujano jefe de Napoleón, Dominique Jean Larrey, que asistió al desastre de la Grande Arrnée en la campaña de Rusia. En un cuaderno forrado con cuero rojo, con caligrafía veloz y apremiante, apuntó los horrores de las batallas, la estampa estremecedora de las madres que se ahogaban cruzando el río Beresina helado con sus niños en brazos. Las que no se atrevían a cruzar el puente caían degolladas por los jinetes cosacos. Los más de 30.000 muertos de aquella jornada merecieron este titular del espantado doctor Larrey: "El mayor desastre que se ha visto jamás". Napoleón dijo del médico que era "el mejor hombre que había conocido". El cuaderno de este buen samaritano está atado con cintas y también atados están los cuadernos de notas de Walter Scott, en los que da cuenta de su paulatina pérdida del habla tras sufrir una serie de ataques. "No soy
el hombre que fui", escribe. "El arado está llegando al final del surco".

La misma musa de la autocompasión parece inspirar las entradas de la década de los 50 en la bitácora de Tennessee Williams. El dramaturgo, que había sido aclamado por su genio, vive entonces abismado en la soledad y la angustia, buscando amparo en las drogas y el alcohol y recurriendo a su cuaderno para descargar su pena. En la primera página [...], escribe con letra apresurada: "Un día negro para empezar un diario triste", pero un encuentro sexual parece convertirse en bálsamo y anota: "Una benigna providencia de repente ha tenido conocimiento y piedad de mi larga miseria de este verano y me ha dado esta noche como
un pequeño regalo de perdón".

Los secretos más íntimos vencen en algunos diarios la vergüenza y el pudor. Emergen espontáneos y libres, como en las páginas manuscritas de Anaïs Nin, según confiesa la propia autora cuando dice que se trata de"unaversión íntegra". Nada más lejos de la verdad, porque la amante de Henry Miller "maquilla la historia de su vida para presentarse ante sus amigos, el público y ella misma, no con su propia identidad, sino con la que cree que le conviene", [...].

Por otro lado, Sophia, la mujer del novelista Nathaniel Hawthorne (que por entonces escribía La letra  escarlata) tachó pasajes enteros del diario que la pareja llevaba al alimón, para hurtarlos a la .mirada de la posteridad. Porque el deseo de mostrarse a menudo entra en contradicción con el pudor y el resultado es ambiguo, se enseña un poco y se oculta otro tanto, como en una penumbra. Incluso se vela todo, como hacen los que recurren a escrituras secretas o cifradas. Adele Hugo, la atormentada hija del poeta romántico, da cuenta de su amor apasionado usando un oscuro barullo de palabras que inspiró la película de Truffaut (Diario íntimo de Adele H, de 1975).

Otros diaristas eluden directamente reflejar cualquier sentimiento personal que deje al alma al desnudo. Un capítulo de 1878 de los diarios del crítico John Ruskin lleva el título de Febrero-abril, el sueño. Lo que hay debajo son unas cuantas páginas en blanco, espejo de una crisis nerviosa. Henry David Thoreau, un pionero del ecologismo, escribía con lápices fabricados por la empresa familiar (en la exposición se muestra un paquete) con una letra tan menuda que se necesita una lupa para poder descifrarla. Thoreau evita cualquier referencia demasiado personal y se refugia en la poesía y el romanticismo para describir el viento, la hojarasca, los animales, las raíces y la naturaleza convertida en santuario.

En estos tiempos en que millones de blogs se arrojan al océano global como mensajes enrollados en botellas virtuales, ver los diarios de otras generaciones ayuda a confirmar que no hay nada nuevo bajo el sol: ahora como entonces, la confesión se enturbia con la autopromoción. Aunque los viejos diarios tienen el indiscreto encanto de la caligrafía, un verdadero festín para fetichistas y grafólogos.

sábado, septiembre 22

Diarios: trozos de vida I

(Un artículo de Gonzalo Ugidos en el Magazine de El Mundo)

Antes de que existieran los blogs, Twitter y Facebook, los diarios fueron un escape donde sus autores plasmaron su entorno, rutina e íntimos secretos. [...]

Aunque notodo el mundo puede escribir el Quijote (ni siquiera La sombra del viento, de Ruiz Zafón), casi todo el mundo puede escribir y, de hecho, suele hacerlo en los 140 caracteres de un tweet o en las largas parrafadas de un blog. Lo de dejar asiento contable de la propia intimidad: es un asunto antiguo que tiene que ver más con el desahogo que con la literatura, aunque a veces confluyan, como en los diarios de Ana Frank, John Cheever o Bioy Casares. A los diaristas los mueve la consoladora sospecha de que lo dicho
vuela y lo escrito permanece, aunque no sea ni una novela ni un soneto, sino los propios secretos o los ajenos cotilleos: pocos leen la obra de ficción de los hermanos Goncourt, pero su chismoso Diario es un valioso testimonio de la sociedad literaria parisina de finales del Siglo XIX.

Samuel Pepys fue presidente de la Royal Society, miembro del parlamento y secretario del almirantazgo, pero su fama le viene de una manía: durante 10 años anotó con celo todo lo que pasaba en Londres y todo lo que le pasaba a él en grandes hojas que son la fuente primaria más importante del periodo de la Restauración inglesa. A través de notas taquigráficas, que tardaron más de un siglo en ser descifradas, su diario suministra una meticulosa información sobre la Gran Peste de 1665, el Gran Incendio de 1666, la guerra contra Holanda, las intrigas cortesanas o la vida cotidiana. [...] en la Morgan Library, cuya comisaria de manuscritos históricos y literarios, Christine Nelson, ha expurgado en los fondos propios para rescatar curiosas muestras de la grafomanía en primera persona. [...] incluyen desde los apuntes del pirata Bartholomew Sharpe, que abordó galeones españoles en el siglo XVII, hasta las anotaciones en un bloc de notas del policía neoyorquino Steven Mona, mientras asistía a la catástrofe del 11 de septiembre de 2001.

[...] personajes como Edward Gibbon, historiador británico del siglo XVIII, que durante años documentó la decadencia y caída del Imperio Romano. Sabía que su libro era un empeño de coloso y sintió la necesidad no sólo de escribirlo, sino de revelar el proceso. En su cuaderno anotó hasta el importe del papel y la tinta y el de la deuda saldada con un cocinero. O en Charlotte Bronte, maestra de 19 años, quien confiesa en su diario la fatiga, la nostalgia y el frío de aquella escuela lejos de su casa en el condado de Haworth (Reino Unido). Ycómo obviar el enorme volumen del traficante de esclavos británico John Newton, que relata su
conversión espiritual y su posterior oposición a la esclavitud: "Me encuentro a mí mismo condenado en cada página".

La reina Victoria anotó minuciosamente la peripecia de sus viajes a las Highlands, y John Steinbeck capturó en su diario la sustancia de los días previos a la escritura de Las uvas de la ira. En los márgenes inferiores de las páginas de su diario de viaje, Einstein incluye cálculos de electromagnetismo, y Bob Dylan, en su gira entre 1973-1974 junto a The Band, dibuja en su cuaderno de anillas una vista desde la habitación de su hotel en Memphis (EEUU).

Por debajo de esa heterogeneidad, fluye la corriente de una pulsión notarial, del instinto de levantar acta del presente para que el porvenir no olvide. Todos ellos, como tanta gente desde hace siglos, encontraron en sus
confesiones en cuadernos, hojas sueltas o moleskines de bandas elásticas, un refugio, un paliativo para la
soledad o la angustia o, simplemente, la vanidad de preservar para el futuro el flujo de sus vidas y dejar su huella de su paso por el mundo.

[...] el crítico Edward Rothstein de The New York Times, se refirió a que los diarios (como las memorias o las autobiografías) son a menudo una mentira, una ficción, un género de la literatura fantástica, aunque como escribió Heine: "Nadie puede decir la verdad sobre sí mismo". Conocemos las Confesiones de san Agustín y las de Rousseau, [...] y es lícito sospechar que tienen tanto de documento como de folletín, de realidad  como de impostura. Como todos los diaristas, ambos ignoran cierto consejo kantiano: "De nosotros mismos es mejor callar".

viernes, septiembre 21

Turner o el amor por la vocación y el esfuerzo


(Un artículo de Ignacio Peyró publicado el 23 de agosto de 2010 en El Mundo -creo, aunque también puede ser en El Confidencial-)

La reina Victoria siempre pensó que estaba loco, y la crítica de su tiempo ejerció contra él todos los matices de la impiedad: de las muchas abominaciones que se dijeron en vida de William Turner, quizá la más amable fue que el pintor aprovechaba sus lienzos para jugar con los tarros abiertos de la mostaza y el tomate. Por contraste con los perfiles de apostura del romanticismo inglés –de Byron a Shelley-, la imagen tan prosaica de Turner no parecía cohonestarse con la intensidad poética, la fuerza moral y el afán sublime de sus cuadros: Delacroix dejó constancia de su sorpresa porque el artista fuera hombre de semejante tosquedad, e incluso el propio John Ruskin –valedor de Turner y árbitro de la estética británica más perenne- no pudo sino reconocer que se lo habían descrito unánimemente como una persona de apariencia vulgar, por completo alejada del dramatismo y el dolor del mundo que cabía suponer en alguien que había pintado el atardecer más infinito, las guerras de nubes en el cielo, tantos momentos de la Creación en que –como diría d’Ors- no sabemos si estamos ante un Génesis o ante un Apocalipsis. Uno de los amigos de Turner relata cómo encajaba el pintor los vituperios: “he visto cómo se le saltaban las lágrimas, lo he visto dispuesto a atarse una soga al cuello”. Es todo un contraste: hoy no podemos acercarnos a Turner sin pensar que es el artista en el que más poderosa se intuye la presencia del talento.

Si las escuelas de negocios hace años redescubrieron a Gracián o a Maquiavelo para asomarse a las complejidades de la naturaleza humana, Turner servirá ejemplarmente para cualquier curso que haya de gestión del talento: allí donde Ortega señala polémicamente la pereza aristocrática de Velázquez, Turner se esforzará como un bracero, hasta el punto de que los estudiosos de la obra se ven sobrepasados por un catálogo tan copioso y –ante todo- tan homogéneo en sus altos y en sus bajos. Un compatriota de Turner, Cyril Connolly señala el prejuicio que nos rige al evaluar el genio: la percepción de que, si es mucho, saldrá solo. Es una superstición que va contra el dato de experiencia de que –como supo en vida el propio Connolly- la mayor parte de los talentos terminan en el desguace de las promesas incumplidas.
Fue un milagro que Turner –con todo en contra- no acabara allí, pero tuvo demasiado orgullo de artista para caer en la vanidad del artistazo: en el plan de su propia vida, sabía que la genialidad no podía ser excusa para evitar años de banalidades pintadas por encargo. De la envidia, lo único que supo fue sufrirla. Si alguien ha afirmado que el clima inglés posó para él, el propio Turner lo desmiente al atarse a un mástil durante una tormenta para apreciar mejor el oleaje, o al subirse una barcaza para abocetar el incendio del parlamento en Londres y llevarlo luego al lienzo. Una nevada en Inglaterra le dará pretexto –como le profetizó a un testigo- para escenificar el paso de Aníbal a través de los Alpes. Hoy tenemos a Turner por el pintor del color, pero dedicó su vida a estudiar –y a enseñar- perspectiva. Hoy admiramos en Turner su cualidad de pintor “innovador” por excelencia, pero lo mismo atendió a las teorías cromáticas de Goethe que catalizó todas las lecciones de sus maestros, de los pintores holandeses de marinas a Rembrandt o –perpetuamente- Claudio de Lorena. A todos ellos recurrió con piedad persistente, pero luego sólo donaría uno de sus cuadros a condición de que figurara junto al maestro Lorraine. Curiosamente, el mismo Turner que nunca hizo esfuerzos por parecer buena persona, recaudó fondos para lo que llamó la figura, tan contraria a su próspero pasar, del “pintor desmoronado”.

Turner ha pasado a la historia con una personalidad tan unívoca que con frecuencia soslayamos el haz de pasiones en que consistió su genio: si fue el pintor del Támesis, también lo sería del Loira; si viajó a Italia a tomar la lección de la Antigüedad, cantaría al progreso de la locomotora; si nos parece el pintor de una naturaleza de crueldad indiferente, en sus cuadros no faltará la nota de piedad de una bañista, de un pastor, de una figura humana; si parece un maestro de la indiferencia y llegó a afirmar que no pintaba sus lienzos para que fueran entendidos, no dejará de montar su propia galería de arte o de escribir versos junto a sus cuadros como garantía de perennidad. Naturaleza e Historia: el Turner que, con el solemne remolcado de El Temerario, plasmó la acepción más noble de la vieja Inglaterra, es también el whig reformista que criticará el comercio en sangre de los negreros en su Barco de Esclavos. Es irónico, en fin, que lo turneriano permanezca hoy como categoría del espíritu cuando estamos ante un pintor alejado de cualquier solipsismo, y es aún más irónico pensar que, al pintor de los óleos más amados de Gran Bretaña, no hicieran sino decirle que se limitara a la acuarela. Dos siglos después, si su talento es inimitable, hay algo ejemplar en su no claudicación, en su voluntad de resistencia, en el amor a una vocación y su poder.

jueves, septiembre 20

Grecia, entre el despilfarro y la picaresca

(Un artículo de Irene H. Velasco publicado en El Mundo del 9 de mayo de 2010. Seguro que se podrían escribir cientos de artículos igual de escandalosos sobre nuestro país, pero siempre es curioso ver que la picaresca funciona en otros sitios igual de bien -o de mal-)



En Grecia ocurren cosas extrañas, fenómenos casi paranormales. Ahí están esos 60.000 griegos que, aunque están muertos y enterrados, siguen cobrando una pensión de jubilación. O esas 320.000 personas que, a pesar de estar perfectamente sanas, ingresan mensualmente una pensión de invalidez de papá Estado. También resulta un misterio inexplicable que un país con poco más de 10 millones de habitantes tenga un ejército de funcionarios compuesto por nada menos que un millón de empleados públicos. Y que esos funcionarios gocen de privilegios tan insólitos como cobrar un plus sólo por presentarse puntualmente, a la hora establecida, a su puesto de trabajo. Por no hablar de las 600 profesiones que permiten a quienes las ejercen jubilarse anticipadamente alegando motivos de salud: los trompetistas, por ejemplo, porque después de varios años tocando la trompeta corren el grave riesgo de desarrollar reflujo gastroesofágico. Y los presentadores de televisión, porque están expuestos a los peligrosos virus y bacterias que se concentran en los micrófonos. 

«¿Y qué te parece que Grecia tenga un estadio de criquet, un deporte que no creo que practiquen ni 10 personas en todo el país? Pues lo tenemos. Fue construido para los Juegos Olímpicos de 2004 y es sólo un ejemplo de los enormes despilfarros que se cometieron en nombre de ese evento deportivo », cuenta Cristos Chomenidis, uno de los más conocidos escritores griegos, cuyas obras están traducidas, entre otros idiomas, al inglés, francés e italiano. 

El enigma de las piscinas también resulta fascinante. En Grecia hay que pagar un impuesto por tener piscina, ya que se considera que es un bien de lujo que denota una alta calidad de vida. En las  afueras de Atenas, donde en verano se superan con facilidad los 40 grados, sólo 324 residentes declararon el año pasado tener piscina. «Sin embargo, hemos realizado recientemente fotografías aéreas y hemos contado en la zona un total de 16.974 piscinas, a cuyos propietarios ahora vamos a perseguir para que paguen los impuestos que han defraudado», asegura en declaraciones a MERCADOS llias Plaskovitis, secretario de Estado de Finanzas y Economía. 

Todas esas peculiaridades, y otras mucho más raras, han ido poco a poco creando un agujero en las arcas públicas de Grecia. Ahora el boquete es inmenso, alcanza los 300.000 millones de euros (el 13,6% del PIE griego) y amenaza con nevar al país a la bancarrota. Para evitar la ruina […] el Gobierno de Yorgos Papandreu ha elaborado un durísimo plan de ajuste. «Sí, es un plan muy, muy severo. Pero no hay alternativa. O lo ponemos en práctica o nos hundimos», destaca el número dos del Ministerio de Economía griego. «Es normal que haya gente rabiosa y enfadada. Porque la realidad es que en los próximos tres o cuatro años los griegos vamos a ser más pobres», añade Plaskovitis, quien va a ver recortado en un 30% el salario de 4.000 euros que cobra como secretario de Estado. 

El Gobierno griego es consciente de que una de las claves para que cesen las movilizaciones sociales en protesta contra las medidas de austeridad (ya ha habido cuatro huelgas generales y los sindicatos amenazan con convocar la quinta para la próxima semana) es no sólo apretar las tuercas a los trabajadores, sino también a los más pudientes. «Los ciudadanos no aceptarán las medidas de austeridad si no ven que estamos persiguiendo a los ricos. Si no 10 hacemos, el plan de austeridad fracasará», admite Plaskovitis. Por eso, se están realizando fotografías aéreas para detectar las piscinas no declaradas. Por eso, hace un par de semanas se aprobaron nuevas medidas fiscales contra la evasión fiscal, que se calcula que asciende a 36.000 millones de euros al año (más de los 30.000 millones de euros que el Gobierno espera ahorrar en los próximos tres años con el plan de austeridad). Por eso los automóviles de lujo ya no podrán ser declarados como coches de empresa. Y por eso, la otra noche la policía fiscal llevó a cabo inspecciones en 40 clubes de Atenas, comprobando que ninguno de ellos emitía las facturas obligatorias. Pero, a pesar de todas las medidas para apretarles las tuercas a los ricos, quienes se las verán y se las desearán para llegar a fin de mes serán los trabajadores. Muchos no sólo perderán poder adquisitivo y verán reducidas sus rentas, sino que, además, se irán directamente al paro. «Ahora mismo nuestra tasa de desempleo es del 11%. Pero creo que, desgraciadamente, en los próximos meses aumentará. Esperemos sólo que no llegue al 20% de España », destaca Bias Plaskovitis. «El plan de austeridad del Gobierno no es un palo con una zanahoria. El verdadero problema es que consiste sólo en un palo. No deja resquicio a la esperanza ni al futuro». Palabra de Christos Chomenidis.



miércoles, septiembre 19

Mujeres economistas: eclipses, silencios y futuros prometedores

(Un artículo de Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo del 24 de junio)

La Ciencia Económica tiene un déficit muy pronunciado de mujeres entre sus miembros más reconocidos.
Buena parte se explica, desde luego, por las enormes dificultades de acceso que éstas tuvieron hasta bien entrado el siglo XX a la educación superior. Por eso, haber logrado excelencia en los años 50, 60 y 70 tiene un gran mérito. Este [pasado] mes de junio nos han dejado dos de las mujeres más influyentes del gremio. La primera, Etinor Ostrom, la primera mujer en ganar el Nobel de Economía (2009). Una estupenda «politóloga de formación y economista política de profesión» que «cambió nuestra forma de pensar sobre los bienes públicos y la tragedia de los comunes» (http://politikon.es/2012/06/18/el-gobierno-de-lo-comun-recordando-a-elinor-ostrom/). También nos dejó a los 96 años la legendaria Anna Schwartz
(http://www.nytimes.com/2012/06/22/business/anna-schwartz-economist-who-worked-with-friedman-dies-at-96.html?_r=3&pagewanted=all), célebre colaboradora de Milton Friedman en la monumental Historia monetaria de EEUU 1967-1960 (press.princeton.edu/titles/746. html).

Aunque han quedado eclipsadas, y el proceso de cambio haya sido lento y tortuoso (http://en.wikipedia.org/wiki/Women_and_Economics), la historia está llena de ejemplos de extraordinarias economistas e historiadoras económicas. La propia muljer de Friedman, Rose Director, fue profesora en la Universidad
de Chicago. Para España tuvo especial importancia el trabajo de Marjorie Grice-Hutchinson sobre la Escuela de Salamanca. Luis Perdices de Bias y Elena Gallego Abaroa han escrito sobre Las aportaciones de las mujeres a la ciencia económica y a su divulgación durante los siglos XIX y XX (www.mujeresenred.net/spip.php?article1267) Muchos creen que la mejor economista de todos los tiempos fue Joan Robinson (1903-1983) (http://economics.about.com/cs/biographies/l/bljoan.htm). Hoy en día, quizás la más influyente (ideas.repec.org/top/top.women.html), sea Carmen M. Reinhart (recien fichada por Harvard, www.carmenreinhart.com). Pero ojo con Esther Duflo, una joven francesa de una proyección increíble (economics.mit.edu/faculty/eduflo).

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martes, septiembre 18

Kirsch: la sublimación de las cerezas

(Un artículo de Juan Barbacil en el suplemento dominical del Heraldo del 19 de mayo)

Cerca de Estrasburgo en la Alsacia más seductora y acogedora, cuando el verano te envuelve con su calidez
los cerezos explotan, las rojas frutas se muestran en su esplendor y la boca se hace agua. Allí conocimos el mejor kirsch del mundo.

[...] este aguardiente forma parte de la personalidad de sus habitantes. Alsacia, la Selva Negra alemana en el
sur del país y algunas zonas de Suiza siguen haciendo unos kirsch magníficos, aromáticos, poderosos y al mismo, tiempo sedosos y delicados. En aquellos años se solicitaba este licor o aguardiente de cereza para añadir una cierta cantidad a las macedonias de frutas y, los más 'expertos', a los pasteles caseros que requerían un toque de fortaleza. Ya en el siglo XVII, cuenta la leyenda, que el rey polaco Estanislao I Leszczynski (1677- 1766), exiliado en Lorena, inventó el «baba borracho», un maravilloso bizcocho de pasta leudada, es decir, fermentada con levadura, ebrio de licor y que fue conocidos por toda Europa durante el siglo XIX con nombres más poéticos.

El kirsch es un licor de alta graduación, elaborado por destilación de zumo fermentado de una especie de cerezas silvestres que se producen en la Selva Negra, previamente machacadas con la cáscara.

Por su alta graduación alcohólica, algunos sostienen que ha de beberse helado en copas de coñac, pero yo creo que hay que tomarlo no tan frío y en copa de balón para que respire y desprenda todo su aroma delicado. Es muy indicado para la elaboración de diversos cócteles y es también un clásico para las fondues de queso.

Alemania no es el único país donde es muy popular. El cultivo de cerezas está extendido por todo el mundo,
por lo que no es extraño que en otras zonas como Alsacia, Italia o España aparezcan también licores
elaborados a partir de este fruto. Así encontramos el kirsch de Alsacia, el famoso marraschino italiano elaborado a partir de cerezas marascas y el aguardiente de cerezas del Valle del Jerte (en Cáceres), entre otras muchas clases de licores cuyo ingrediente básico es esta fruta.

Algunos dicen que es el más antiguo de los aguardientes de frutas. Su nombre proviene del alsaciano 'kirschwasser' es decir, 'eau-de-cerise' o agua de cereza, y el mejor kirschwasser se logra con la pequeña
cereza negra silvestre que crece a orillas del Rin, que se recoge en varias regiones y países como Basilea, Alsacia, Alemania y Hungría.

El proceso de elaboración del kirsch pasa también por numerosas etapas. En primer lugar, es necesario
realizar una selección: las mejores cerezas son recolectadas en su punto de maduración y trasladadas a la destilería. Allí se procede a la moltura y fermentación, proceso que dura aproximadamente dos semanas. Posteriormente llega el proceso de destilación, que junto con la fermentación constituyen las operaciones
fundamentales para la elaboración de un buen kirsch.

La destilación se realiza en alambiques de cobre mediante la separación de las tres fracciones de destilados; es decir, cabezas, centros y colas. El centro, también llamado corazón, es el aguardiente de base para el producto final. El periodo de envejecimiento es de al menos un año, con lo que se obtiene un mayor equilibrio en los aromas y las cualidades se estabilizan.

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lunes, septiembre 17

Beveridge, Bismarck y el futuro de la sanidad

(Un artículo de Cristina Berechet en El Mundo del 2 de septiembre)


España está de nuevo a la cola de Europa, únicamente por delante de Portugal. No, no se trata de la prima de riesgo, sino de la Sanidad. En el último índice elaborado por el think tank sueco Health Consumer Powerhouse, España baja dos posiciones hasta situarse en el puesto 24 de los 34 países analizados. La posición española ha empeorado continuamente desde 2005, el año en el que se inicia la estadística. 

A pesar de que el sistema es público, la desigualdad está aumentando y el acceso a los tratamientos se alarga. El estudio muestra que el principal motivo no es la falta de recursos, sino una cuestión de organización y actitudes. Muchas veces porque los médicos de cabecera gestionan el acceso a los especialistas. Esta medida en vez de ahorrar costes, aplica un copago en tiempo que genera incentivos para la contratación de seguros privados. Países como Noruega o Suecia, con gastos elevados en sanidad y con buenos resultados en la mayoría de los indicadores, tampoco consiguen reducir la espera o mejorar el acceso al sistema. 

La respuesta puede ser que todas comparten el modelo de gestión-financiación, el sistema Beveridge. Este sistema se financia de forma general a través de los impuestos y centraliza la gestión en manos de una única entidad. En cambio, el sistema Bismarck, que se utiliza en Holanda (el líder del ranking), se financia a través de la Seguridad Social y está formado por un gran número de aseguradoras independientes de las entidades que prestan los servicios (hospitales, clínicas, etc) y que compiten entre ellas. Los políticos y otros burócratas han sido alejados de la gestión del sistema sanitado, de modo que son los profesionales, con la coparticipación de los pacientes, quienes toman las decisiones operativas.

domingo, septiembre 16

Ces produits du terroir qui viennent d'ailleurs II

On suis...

Le savon de Marseille


D'où vient-il alors ? : 
Avec le pastis et la lavande, c’est l’autre symbole de la Provence. Seul hic, les savons estampillés «Savon de Marseille» ne sont pas fabriqués dans le sud-est. Car si les savonniers marseillais ont inventé le procédé de fabrication au Moyen Âge, l’appellation n’est pas protégée. Résultat : les plus gros fabricants sont aujourd’hui les Chinois et les Turcs ! Le Petit Marsellais est fabriqué en Bourgogne. Le Chat, savon de Marseille, vient d'Allemagne, mais aussi de Chine et de Turquie. La recette, approuvée par la DGCCRF en 2003, concerne la saponification (le procédé de fabrication), pas la provenance des ingrédients. Et les huiles végétales utilisées pour la fabrication du savon, notamment l’huile de palme, proviennent de l’étranger, les savons passant à Marseille uniquement pour être parfumés et emballés.

Pour trouver le vrai :


Vous devez lire l'étiquette. L'UE autorise l'ajout de suif (tallowate de sodium) dans le savon de Marseille, alors qu'il est absent de la recette originale.


L’A.O.C. de Bretagne
Présentée comme de purs produits du terroir français, les charcuteries de Bretagne disposent d’une «Appellation d’origine contrôlée» qui n’oblige les fabricants qu’à une seule chose : posséder au moins un lieu d’emballage ou de transformation en Bretagne. Le consommateur trouvera donc sur les rayons des supermarchés des produits dont 82 % des matières premières proviennent du monde entier. Ainsi, les carcasses de porcs sont souvent issues de Chine, de Hollande ou de Pologne ; le sel, dit de Guérande, est importé d’Argentine et du Vietnam, et les boyaux des andouilles viennent pour la plupart de Corée. L’andouille dite de Vire et autre charcuterie dite «de Bretagne» rejoignent ainsi la mythologie des produits bretons, comme le beurre et la pâtisserie, dont 73% provient de la Communauté européenne et d’Asie. 


Le couteau Laguiole
L’abeille, la lame fine légèrement relevée, la croix sur le manche... Beaucoup croient que ces symboles apposés sur les couteaux de Laguiole sont des signes d’authenticité. Erreur !  Malgré leur charme et leur beauté, elles n’attestent ni de l’origine du couteau, ni de sa qualité de fabrication. Parce que la marque du plus célèbre des couteaux français n’a jamais été déposée, Laguiole est depuis plus d’un siècle l’objet de contrefaçons multiples en France et à l’étranger. 80 % proviennent de Chine et du Pakistan. Résultat : moins de 10 % des Laguioles sont fabriqués dans le bourg aveyronnais !


Le melon charentais

D'où vient-t-il alors ? 
C’est l’emblème du melon français. Jaune ou vert, le melon charentais fait la fierté des producteurs de la région de Cognac où les sols argilo-calcaires sont parfaitement adaptés à sa culture. Mais contrairement à son cousin de Cavaillon, le melon de Charente ne possède pas d’AOC. Résultat : 80 % des melons charentais que l’on trouve sur les étals ne viennent pas de Cognac, mais d’Espagne (premier producteur européen), du Maroc des Caraïbes, de Chine et du Sénégal. "Charentais" s'est simplement la dénomination commerciale sous laquelle les pays de l'OCDE reconnaissent ce type de melon, mis au point en 1925 d'après la variété Cantaloup, importée d'Italie.


Pour trouver le vrai :
Charente et Charente-Maritime produisent environ 10 000 t de melons par an qui ne sont pas plus "vrais" que les autres. Ainsi, les fameux melons de Cavaillon sont aussi de type charentais.

L’huile d’olive
Rare et chère, l’huile d’olive française est certainement le produit qui compte le plus d’étiquetages frauduleux. En 2006, seulement 56 % des échantillons analysés étaient «conformes» à la réglementation,
certaines bouteilles contenant jusqu’à 50 % d’huile de tournesol ou présentant une fausse indication d’origine ou de variété d’olive. Le symbole de la cuisine méditerranéenne ne comptant que 7 appellations
d’origine protégée et une AOC «Huile de Provence», de nombreux producteurs jouent en eKet sur la confusion en ajoutant sur les étiquettes des paysages évoquant le Sud ou des origines non reconnues comme «Huile de Provence-Côte d’Azur». Sans parler de l’une des fraudes les plus courantes qui consiste à
remplacer l’huile d’olive par l’huile de grignons d’olive, un résidu de la pâte d’olives diQcile à détecter pour
le simple amateur.

Le pastis de Marseille
D'où vient-t-il alors ?  


Pour avoir le droit de l'appellation "de Marseille", le pastis doit contenir 2 grammes d'essence d'anis par litre et une teneur en alcool de 45°, qu'il vienne ou non de la Canebière.



Pour trouver le vrai : 
C'est écrit sur l'étiquette. Paul Ricard a été le 1er à utiliser la mention "pastis" en 1932. D'autres l'imiteront, comme Pernod, d'abord concurrent, puis associé. Ces deux apéritifs sont toujours en vente et fabriqués dans les usines de Bessan (Hérault), Lille et Bordeaux.