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lunes, julio 30

Moda del siglo de oro

(Algunos apuntes sobre moda del siglo XVI leídos en un artículo de Azucena S. Mancebo en el magazine de El Mundo del 17 de junio)

[...] el estilo español se impuso y causó furor entre las casas reales de toda Europa a finales del siglo XVI. Su difusión se debió principalmente a la presencia de mujeres españolas en otras ciudades extranjeras, como la de la propia hija de Felipe II en Los Países Bajos, de la que era soberana.

Tras casi un siglo, la supremacía de la moda española se fue debilitando a la vez que lo hacía el propio imperio, ese donde "no se ponía el sol". [...] El guardainfante es la pieza clave que representa el nuevo estilo español, que no tuvo repercusión alguna en el espacio europeo.

Algunas prendas de la época...

Lechuguilla. Es el cuello de encaje (muy costoso en el siglo XVI) típico de esta época, que recibía ese nombre por su forma rizada similar a la de una lechuga.

Cartón de pecho. De origen español, es el antecedente directo del corsé. Su función era aplastar el busto femenino para aplanarlo con la finalidad de mantener una postura erguida (muy poco natural, por otro lado). Colocado sobre la camisa interior, su estructura se realizaba con madera, barbas de ballena e incluso con metal. A partir de finales del siglo XVII, el cartón aplastaba sólo una parte del busto y el resto sobresalía.

Complementos. Las joyas se cosían en el vestido porque no quedaba prácticamente piel a la vista y tenían una función política: desvelar el bienestar económico de la monarquía. Los abanicos y los pañuelos eran muy empleados por las cortesanas europeas, no con fin práctico sino como símbolo de estatus social.

Ropa interior. Las prendas interiores eran el jubón interior, el faldellín (falda hasta las rodillas), las medias, el cartón de pecho y el verdugado. El verdugado era la técnica empleada por las cortesanas españolas primero y las europeas después, para dar volumen a las faldas. Se trataba de un armazón de aros de mimbre forrados de tela.

Silueta. La corte española, la de los Austrias, puso de moda en el resto del continente el torso ajustado y estrecho, pecho aprisionado, cintura alargada y con más volumen de las caderas. Las damas de otras cortes afirmaban que para tener un cuerpo españolizado había que sufrir mucho.

Tejidos. Los más empleados son los terciopelos labrados con fondo de raso negro, la seda y los damascos.


Chapines. Similares a las plataformas actuales, son unos chanclos de corcho donde se metían los zapatos y que generaban un andar recto, firme y aparentemente imposible.

Maquillaje. Tanto hombres como mujeres maquillan sus rostros. Comienza a ponerse de moda la estética del rostro pálido (que causará furor en el siglo XVIII), subrayado por un toque de color en las mejillas.

Saya. Se trata del vestido exterior de una sola pieza que solía tener mangas de punta (mientras que las del interior eran redondas). Además del vestido o saya, a partir del siglo XVI las cortesanas comienzan a vestir dos piezas: jubón y falda.

Jubón. Se trata de una prenda hasta la cintura, con cuello rígido, sin mangas y con pico en el talle que durante muchos años fue una prenda interior, pero a finales del siglo XVI las mujeres lo lucían sobre otras prendas interiores. Podían estar confeccionados de la misma tela que la falda o de otra distinta.

Guardainfante. El exagerado volumen de las faldas (que lucen las protagonistas de Las meninas de Velazquez) se consigue gracias a esta pieza que sólo empleaban las cortesanas españolas. Se trata de un entramado de alambres con cintas que se colocaban las mujeres en la cintura debajo de la basquiña (nombre que recibían las faldas de este siglo). La anchura de los vestidos era tal que incluso se lograba disimular un embarazo (de ahí, su nombre).

Color. Felipe II convirtió el negro en el color tendencia de Europa. No se trataba de un símbolo de luto o tristeza sino que se usaba para transmitir discrección y modestia. El dominio del color negro se debió sobre todo al descubrimiento en Sudamérica del palo campeche, usado desde entonces como tinte negro, más intenso, estable y caro que los anteriores.