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viernes, enero 6

El Tributo de las Tres Vacas

(Supe de esta curiosa historia en agosto del año pasado, a raíz de un boletín de la CTP)

El 13 de julio se celebró un año más, el ancestral Tributo de las Tres Vacas en la Piedra de Saint Martin, justo en la divisoria de la frontera numero 262, en el collado de Ermaz a 1.721 m de altitud.


Con este acto, las autoridades locales de Baretous (Bearne, Francia) y de Roncal (Navarra, España) rememoraron la paz firmada entre ambos valles por conflictos de pastos, que data de 1375. Durante el acto que se celebra sin interrupción desde esta fecha, se ratifica un acuerdo que vino a solucionar las disputas por el aprovechamiento de pastos y fuentes. El tributo es la aportación en especie -tres vacas- que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinos fronterizos de Isaba, Garde, Urzainqui y Uztárroz, todos ellos en el valle de Roncal, por el derecho al disfrute de sus pasos. Las reses que se entregan tienen que ser 'sine mácula' (sin manchas) y del mismo 'astaje, pelaje y dentaje'.


Está considerado el tratado en vigor más antiguo de Europa. Se desconoce desde cuando data esta ceremonia, que en todo caso es muy anterior a la sentencia de 1375,en la que se basa en la actualidad su realización. Por tanto, esta sentencia certifica su existencia desde hace 636 años, registrándose la misma de forma continua desde hace 436 años. Sólo en el siglo XVII se producen serios problemas en su continuidad y posteriormente se producen pequeños incidentes o retrasos en relación a los eventos bélicos de la zona.


Aunque tradicionalmente se denomina tributo, no es tal por no existir vasallaje, sino que se trata de un acuerdo entre iguales, un contrato sinalagmático.


Justo antes de la entrega de los animales, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, renovaron el compromiso de paz que puso fin a las disputas.


El Gobierno de Navarra lo declaró en enero de 2011 Bien de Interés Cultural Inmaterial y Fiesta de Interés Turístico de Navarra.


La ceremonia (según la wikipedia):


Los representantes de Roncal -con atuendo tradicional, sombrero roncalés, capote negro, valona y calzón corto- y los de Baretous -con traje de domingo y con la banda tricolor francesa cruzada al pecho- se reúnen en torno al mojón 262, que sustituye a la desaparecida "Piedra de San Martín" en 1858, cada cual en su territorio, en el fronterizo collado de Ernaz a 1.721 m de altura.


El alcalde de Isaba, presidente del acto, pregunta por tres veces a los baretoneses si están dispuestos, como en años anteriores, a pagar el Tributo de las Tres Vacas de dos años, del mismo pelaje y cornaje, y sin tacha ni lesión alguna. Los preguntados responden que sí en tres ocasiones.


Seguidamente uno de los alcaldes baretoneses coloca la mano derecha sobre la piedra o mojón y poniendo la suya encima un roncalés y así se van alternando los demás representantes. El último en posar la suya es el alcalde de Isaba, que pronuncia las palabras:


Pax avant, pax avant, pax avant
Paz en adelante


al que responden con las mismas palabras los del valle vecino. Acto seguido se procede al reconocimiento de las vacas por el veterinario de Isaba, que una vez declaradas sanas y buenas, se repartirán dos para la villa de Isaba y la otra cada año va rotando por los pueblos de Urzainqui, Uztárroz y Garde. A continuación el regidor de Isaba entrega el correspondiente recibo y se procede al nombramiento anual de cuatro guardas para la custodia de las facerías de Ernaz y Leja, a los que se les toma juramento. Después pide a los que tengan algo que alegar que den un paso al frente y lo hagan.


El acta es formalizada por el secretario que certifica y firman los representantes, primero los de Roncal seguidos por los de Baretous. También firman como testigos algunas personalidades asistentes. Posteriormente los roncaleses ofrecen un banquete a sus vecinos con carnero asado como plato fuerte.


En la actualidad, tras la ceremonia las vacas vuelven a su territorio y se da el equivalente a su valor monetario del mercado. En los últimos años este acto que apenas dura unos minutos, se ha popularizado, atrayendo al mismo a miles de personas.

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