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sábado, diciembre 24

Contra el crimen. El luminol no engaña

(Extraído de un artículo de Francisco Doménech en el suplemento tercer Milenio del Heraldo de Aragón publicado el 5 de abril)

«El luminol no engaña», pensará un forense mientras rocía con esta sustancia una escena del crimen sospechosamente limpia. Como hemos visto en series policíacas y también en la vida real, el luminol revela la presencia de restos de sangre en tan poca cantidad que, sin él, son invisibles al ojo humano.

Detrás de ese brillo azul tan televisivo con el que los agentes de ‘CSI’ o ‘Dexter’ detectan trazas de sangre se esconde un agente químico tan real como versátil: el luminol, que empezó a usarse en la lucha contra el crimen a mediados del siglo XX.

El luminol es un compuesto químico muy usado por los forenses de verdad, pero no es capaz de revelar la presencia de sangre por sí solo. Necesita la ayuda de otros agentes químicos oxidantes, como agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) e hidróxidos. El luminol reacciona con ellos produciendo quimioluminiscencia, es decir, emitiendo luz como resultado de una reacción química. Los productos de esa reacción tienen un exceso de energía, están excitados, y se relajan emitiendo energía en forma de esa luz que tiene un brillo suficiente para verse en una habitación oscura.

Pero esa reacción es tan lenta que no se aprecia si no hay una catalizador que la acelere. Y aquí es donde entra en juego la sangre. La hemoglobina presente en la sangre contiene hierro, y es este metal el que actúa de catalizador, disparando la reacción de quimioluminiscencia y revelando la presencia de sangre aunque sea en cantidades ínfimas.

El brillo dura unos 30 segundos, suficiente para que los forenses fotografíen la posible presencia de sangre en la escena del crimen. Previamente han rociado la zona con una disolución de luminol, agua oxigenada e hidróxido. Esta mezcla se comercializa en diferentes versiones, con nombres como luminasa.

La sustancia usada por los forenses es un indicio de presencia de sangre, pero no lo asegura porque la reacción del luminol también puede ser disparada por la presencia de cobre, materia fecal y ciertas lejías. Un asesino que las use para limpiar podría enmascarar la sangre, pero también despertar sospechas.

Más cerca del crimen perfecto estaría el que limpiase los restos de sangre con detergentes con oxígeno activo. Según comprobaron científicos españoles de la Universidad de Valencia en 2009, el luminol no brilla en esos casos. Tal y como apunta una de nuestras concursantes, con estos modernos detergentes «se complica el trabajo de los CSI».