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miércoles, agosto 10

Howard Phillips Lovecraft I

(Un artículo de Antonio Castillejo en la revista Época del 22 de agosto de 2010)

El hombre que, andando el tiempo, se convertiría en santo y seña de la novela gótica de terror. Howard Phillips Lovecraft, nacía hace 121 años, el 20 de agosto de 1890, en Providence, en el estado norteamericano de Rhode Island. Unánimemente considerado como el gran innovador del género y padre del terror cósmico materialista, legó para la posteridad toda una mitología propia que aún perdura entre los buenos aficionados al género gracias a sus ya clásicos "Mitos de Cthulhu".

La infancia de Howard Phillips Lovecraft resultó sumamente desdichada. Fue un niño prodigio que leía y recitaba poesía con tres años y que ya escribía relatos de terror a los seis, pero también fue un infante enfermizo que padeció la locura de sus progenitores.

Su padre, diagnosticado como neurótico murió paralítico a causa de la sífilis cuando el joven Howard contaba tan sólo ocho años de edad. Fue entonces cuando su madre, aquejada de de trastornos obsesivos, se volcó en su hijo con una sobreprotección exagerada e inculcándole al niño la idea de que la gente era mala por naturaleza y de que él mismo era tremendamente feo y no debía mezclarse con los demás.

El argentino Jorge Luis Borges recordaba como Lovecraft, "muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad, y aunque trabajaba de día, lo hacía siempre con las persianas bajadas".

Efectivamente, los únicos compañeros del joven de Providence fueron los libros de la biblioteca de su abuelo materno, cuyos antepasados se remontaban casi hasta los peregrinos del Mayflower, y desde los ocho años comenzó a escribir relatos de lúgubre y siniestra temática. Profundo admirador de lo antiguo y sobre todo de los escritores del siglo XVIII, H.P. Lovecraft sentía una verdadera aversión por lo nuevo y más que norteamericano se sentía profundamente británico, tal y como le inculcó su madre durante toda su infancia.

Fue un joven solitario, ávido lector y aficionado a la astronomía que se carteaba habitualmente con otros aficionados a la literatura de terror, pero que no acudía regularmente a la escuela a causa de su delicado estado de salud, que, en cierta ocasión, empeoró notablemente debido a una intoxicación producida por comer pescado en malas condiciones. Algo que, según sus biógrafos, podría explicar su aversión por el mar, tanto como su obsesión compulsiva por los dulces.

Hasta los treinta años no durmió nunca fuera de su casa. No le gustaba la luz del día y aprovechaba la noche para recorrer las calles desiertas, leer y escribir. A los 16 años colaboraba con una columna diaria sobre astrología en un diario local, pero no fue hasta 1923 cuando empezó a publicar regularmente sus relatos en diversas revistas, si bien una parte muy importante de su obra, de esa obra que revolucionó la literatura de terror proporcionándole una atmósfera hasta entonces desconocida, no se publicó hasta después de su muerte.

Con un registro muy próximo a la literatura fantástica, Lovecraft construyó en sus libros un depurado y macabro universo propio que muchas veces giraba en torno a la idea de la existencia de una antigua raza que dominó la Tierra en tiempos pretéritos, empeñada en recobrar su antiguo esplendor.

(Seguirá)