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miércoles, septiembre 29

Asesinando las matemáticas

(De un artículo de América Valenzuela en el suplemento Eureka de El Mundo del 6 de junio)

Las conversaciones entre amigos, los discursos políticos, los periódicos y los anuncios están plagados de errores numéricos. Claudi Alsina, catedrático de matemáticas en la Universidad Politécnica de Cataluña, lleva años recopilando los principales errores matemáticos que cometen los periodistas, políticos, famosos de todo tipo e incluso reconocidos científicos, ya que los disparates numéricos afectan a todos (como la gripe), sin distinción de clases, pues todos somos usuarios de las matemáticas.

Una selección de errores que recoge en el libro Asesinatos matemáticos. "Una colección de errores que serían divertidos si no fueran tan frecuentes". Disparates legendarios y novedosos, lógicos y absurdos, únicos y repetidos hasta el infinito y de diversa procedencia. Así, cuando alguien dice que a la hora de la financiación "todas las comunidades quedarán por encima de la media", es evidente que nos encontramos con un asesinato matemático en juego. O ese comentario de George Bush: "La gran mayoría de nuestras importaciones vienen de fuera del país". La capacidad humana para cometer errores en el mundo de los números viene avalada por una larga tradición histórica que hoy, más que nunca, vive momentos de gran expansión y esplendor, apunta con sarcasmo el autor.

A continuación, algunos de los casos recogidos en el libro:

Las espinacas de Popeye
A principios del siglo XX, el doctor J. Alexander analizó el hierro que contenían 100 gramos de espinacas. Determinó un contenido de 0,003 gramos. "Cantidad ridícula a todas luces para los consumidores", señala Alsina. Pero al escribir la cifra, un cero se perdió por el camino y se publicó que las espinacas contenían 0,03 gramos de hierro. A la sombra de estos datos se inventó el popular personaje de comic Popeye, el marino, que se encargó de extender por todo el planeta el mito de que las espinacas contienen mucho hierro. Este error ha quedado tan arraigado como cierto que aún hoy muchas personas creen que las espinacas son muy ricas en hierro.

Cumpleaños comunes
Hay errores matemáticos muy comunes que no tienen que ver con cálculos sino con intuiciones. ¿Cuál es la probabilidad de que en una reunión de cien personas haya dos que cumplan los años el mismo día? Habitualmente la gente cree que es difícil que algo así suceda. La realidad es bien distinta: "Notando que la pregunta no dice en ningún momento que las personas que cumplen los años deban tener la misa edad, un breve cálculo justifica que en más del 90% de los casos hay al menos dos personas con el msmo cumpleaños. Es decir, casi seguro que las hay", sentencia Alsina.

El teorema de Zapatero
Los políticos son "un elenco de artistas entre los que es fácil presagiar que los disparates matemáticos son abundantes", apunta el libro. Alsina destaca por encima de todos sus disparates la frase del presidente del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009 sobre la financiación de las autonomías: "Todas las comunidades quedarán por encima de la media". Y exclama, jocoso: "¡Es totalmente imposible que la media entre cantidades sea superior a todas ellas!".

Los 'hilillos' de Rajoy
Alsina no sólo muestra errores numéricos en su libro, sino también de estimación. A su juicio, una de las más espectaculares fue la realizada por Mariano Rajoy cuando era vicepresidente del gobierno en 2002 al describir la salida de 125 toneladas diarias de crudo del barco hundido Prestige a través de catorce fisuras. Según su particular visión del desastre, la ingente cantidad salía como "hilillos de plastilina".

Presupuestos que 'se salen'
Al inicio de su candidatura Zapatero prometió duplicar el presupuesto destinado a la investigación. Y vaya si lo hizo, un error elemental de cálculo hizo que superara lo prometido con creces. Los responsables de confeccionar los presupuestos consideraron que para aumentar el 100% de lo dedicado a investigación en cuatro años debían aumentar cada año un 25%. "Y afortunadamente para los investigadores así se hizo (y nadie protestó). Al aplicar sucesivamente un aumento del 25% sobre el año anterior, la cifra se fue mucho más allá del 100%, relata el matemático.

Un error espacial
El 23 de septiembre de 1999, la NASA perdió para siempre el contacto con la nave Mars Climate Orbiter, cuando estaba a punto de posarse sobre el planeta rojo tras diez meses de viaje y una inversión de 125 millones de dólares. El millonario desastre sucedió porque se usaron dos sistemas numéricos simultáneamente. Los trabajadores de la NASA habían hecho sus cálculos usando el sistema decimal, mientras que una de las empresas que colaboraron en la misión hizo sus cálculos con el sistema anglosajón. "Posiblemente éste sea el error multiplicativo más caro de la historia", apunta Alsina.

De calles japonesas y barcos
En Japón las casas de una calle o de una zona están numeradas según el orden de construcción. "Cuando había pocas casas esto no era un problema, pero ahora que hay muchas las direcciones japonesas son más enigmáticas que los jeroglíficos egipcios", explica. En Suecia, el museo Vasa contiene los restos de un barco que se hundió en 1628 a tan solo 1.500 metros de donde fue botado. ¿Motivo? No calcularon bien si el barco podría soportar el gran peso de los cañones que portaba.

Olvidos nefastos
Los errores de cálculo a la hora de hacer grandes construcciones pueden tener consecuencias nefastas. Un ejemplo muy espectacular es el del puente colgante de Tacoma narrows, apodado como la Gertrudis Galopante por los movimientos oscilantes que sufría desde su construcción por efecto de los vientos de la zona. "No se tuvieron en cuenta los efectos de los vientos cruzados a la hora de diseñar su estructura", señala Alsina. Así, cuatro meses después de su inauguración, el balanceo del puente era tal que se derrumbó por efecto de los vientos, que eran de tan solo de 64 Kms/h.

Fin de un siglo
La Navidad de 1999 fue especialmente entrañable. "Se celebró mundialmente el final de una época, el inicio del siglo XXI y del tercer milenio", señala Alsina. Todo fue un error: "En realidad el siglo XX y el segundo milenio terminaban el 31 de diciembre de 2000 porque el año cero no existe". Eso sí, como "por fiestas que no quede, una vez advertido el error mundial, se celebró lo mismo el año siguiente", apunta. Lo peor es que no aprendemos y el error se ha repetido este 2010. Muchos medios publicaron estas navidades resúmenes de "fin de década".