Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

lunes, mayo 31

Les algues dans l'assiette

(Lis à Maire France magazine, en octobre 2008)

Il n'y a pas que le sushi dans la vie. Avec leur exceptionelle richesse en nutriments et leurs étonnantes propriétés en cuisine, les algues sont à apprivoiser d'urgence.

Et, pourquoi mettre des algues au menu?
Nées des océans il y a des milliards d'années, les algues sont les pionnères du vivant sur la planète Terre. "Elles renferment toutes les substances qui ont permis de manifester la vie: enzymes, minéraux, vitamines...", explique Marine Sontag, tombée "dans le bain" lors ses études en botanique, et qui organise des ateliers d'initiation.

Leur milieu naturel est l'eau de mer, riche d'une soixantaine d'éléments chimiques naturels. "Le grand avantage des algues, c'est que ces précieuses substances sont presentés en même temps, à des concentrations différentes selon les variétés. La laitue de mer a un taux de vitamine C plus élevé qu'un agrume, la dulse possède trois fois plus de fer que les épinards, le nori plus de phosphore que le poisson. Consommer 2 g. d'algues sèches et de 20 à 30 g. d'algues crues par jour suffit à faire le plein. Miex vaut néanmoins rester prudent en cas de problèmes thyroïdiens, car elles sont iodées." Avex leurs fibres et leur algine, une substance mucilagineuse, elles aident aussi au bon fonctionnement des intestins.

Comment s'y reconnaître entre les differents varietés et presentations?
De façon générale, les algues rouges (dulse ou le nori des sushis) et vertes (laitue de mer) peuvent se consommer crues. Les variétés marron (wakamé, kombu breton), plus épaisses, se cuisinent. On les trouve séchées, entières ou en pailletes (à réhydrater ou pas, selon les recettes), ou fraîches conservées au sel, à rincer, à laisser tremper 10 minutes et à essorer à la main.

Quelles sont les qualités des algues en cuisine?
Comme le sel, elle relèvent le goût des aliments qui leur sont associés. "Elles permettent donc de moins saler quand on les ajoute à un plat", explique Marine Sontag. Par ailleurs, leur algine apporte du moelleux aux préparations. "Si vous incorporez du wakamé à un cake, vous pourrez diminuer sans souci le beurre et le sucre", assure marine Sontag. "De même, glisser un morceau d'algue dans l'eau de cuisson des légumes secs our des légumineuses les attendrira tout en rehaussant leur saveur."

Comment les apprivoiser?
En commençant à les utiliser comme des fines herbes, suggère Marine Sontag, "avec un mélange de trois algues séchées (nori-laitue de mer-dulse) que l'on trouve sous le nom de salade marine ou du pêcheur. Il suffit de les intégrer, à une dose équivalente à celle de la ciboulette, par example dans une omelette, une vinaigrette ou une sauce. Elles se réhydratent au contact des aliments".

Ensuite, on pourra tenter de les déguster en légumes. "En salade, la dulce se marie très bien avec des carottes râpées, et le nori avec un céleri rémoulade." On trouve désormais, au rayon frais (notamment dans les boutiques bio), d'excellents tartares d'algues déjà préparés. Les algues brunes plus épaisses se consomment cuites. La wakamé a un délicieux parfum de champignon: "incorporé a une soupe, il apporte une telle onctuosité qu'on peut supprimer la crème", constate la spécialiste. Quant à l'agar-agar, extrait d'algues rouges, c'est un excellent substitut de la gélatine. Il faut juste savoir queplus la gelée attend avant d'être dégustée, plus elle se raffermira.

L'atout spiruline
La spiruline n'est pas une algue de mer mais d'eau douce, d'un ton bleu pétard. Celle que Marine Sontag considère comme un "complément plus qu'un aliment" renferme de la provitamine A, des antioxydants en pagaille et un taux élevé de protéines. Elle offre donc une piste très prometteuse pour mieux nourrir les pays pauvres. Á plus savoir: http://www.spirulinedugarlaban.com/

(Marine Sontag est l'auteure de "Cuisine & saveur des algues". http://www.algmarine.com/)

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domingo, mayo 30

Deudas y burros: explicando la causa de la crisis

(Leído en el blog de José Apezarena en elconfidencial.com del 28 de mayo de 2010. Otra forma simple de explicar la crisis)

El texto me ha llegado por Internet y no me resisto a hacerme eco de él, por la claridad con que se expresa.

Cuenta que se había pedido a un prestigioso asesor financiero que explicara de una forma sencilla la crisis, para que lo entienda la gente de a pie. Este fue su relato:

Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada animal, y otro tanto de la población vendió los suyos. A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros. Cuando no había más ejemplares disponibles, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.

Al día siguiente mandó a la aldea a su ayudante con todos los burros, y los ofreció a 400 euros cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente, los aldeanos compraron sus burros a 400 euros. Quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.

El ayudante desapareció y su señor nunca apareció. Resultado: La aldea quedó llena de burros y de endeudados.

Los que habían pedido dinero prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo. Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que, si no cobraban, se arruinarían, no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los prestamistas. Pero estos, cobrada gran parte del dinero, sin embargo no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguieron igual de endeudado.

El alcalde había gastado el presupuesto del ayuntamiento, que quedó también endeudado. Entonces pidió dinero a otros ayuntamientos, pero le dijeron que no podían ayudarle porque, como estaba en la ruina, no podrían recuperar lo que le prestaran.

Resultado. Los listos del principio, forrados. Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguir cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El ayuntamiento, arruinado.

¿Qué pasó al final? Para solucionar esto y salvar a todo el pueblo, el ayuntamiento bajó el sueldo a sus funcionarios.

sábado, mayo 29

¿Por qué la fiebre sube por la tarde?

(En el suplemento Eureka de El Mundo del 11 de abril de 2010)

La fiebre es un mecanismo de defensa que eleva la temperatura corporal por encima de lo normal. Aunque puede darse a cualquier edad, niños y bebés la sufren con más frecuencia. Puede aparecer como consecuencia de una infección o por ciertas enfermedades.

A lo largo de los procesos febriles es habitual observar que el calor sube por la tarde y disminuye durantela mañana. Esto se debe a que la temepratura corporal, controlada por el hipotálamo, está regulada por una serie de ritmos biológicos que provocan una variación de entre 0,6ºC y 1ºC aproximadamente a lo largo del dia, alcanzando un pico máximo vespertino (entre las 18 y las 22h) y un mínimo en la madrugada (entre las 2 y las 4h).

Cuando se produce la fiebre, el punto de ajuste de la temperatura corporal por parte del hipotálamo se eleva, manteniéndose al mismo tiempo los mecanismos de control sobre la misma, por lo que también se conserva la oscilación de la temperatura causada por los ciclos.

jueves, mayo 27

¿Por qué el calor afecta al sabor de la comida?

(Leído en el XLSemanal del 9 de abril de 2006)

El sabor de los alimentos no sólo se detecta con el gusto, sino que el olfato tiene mucho que decir. Una batería de receptores repartidos por la superficie de la lengua se encarga de enviar al cerebro las sensaciones producidas por los distintos sabores, como el dulce o el amargo, y son indiferentes al calor o los estímulos irritantes.

Sin embargo, los aromas, que son procesados por el sentido del olfato, si son sensibles a la temperatura de la comida, ya que de ella depende la emisión de ciertos aceites volátiles. La caliente libera más cantidad de estos 'vapores', que potencian su aroma y, en definitiva, fortalecen su sabor.

Así, las comidas poco aromáticas ganan sabor al calentarlas, y viceversa.

miércoles, mayo 26

El divorcio

"El divorcio, probablemente, se remonta a la misma época que el matrimonio. Yo creo, sin embargo, que el matrimonio es algunas semanas más antiguo"

Voltaire

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martes, mayo 25

El nervio más grande del cuerpo

(Leído en el XLSemanal del 9 de abril de 2006)

Nuestro cuerpo está atravesado por un kilométrico cableado de nervios que permiten la comunicación entre el cerebro y cualquier parte de organismo. Con una longitud de casi medio metro, el tibial es el más largo de todos.

Este nervio es una rama del nervío ciático de la pierna, y estimula los músculos de la pantorrilla y los que hacen la flexión del pie.

En cuanto a grosor, el más ancho es la médula espinal, que tiene 45 cm. de largo y 3,8 cm. de ancho. ¡¡Casi nada!!

domingo, mayo 23

Maquillando la historia

(Lo leí hace unas semanas - más bien meses- en un artículo de Álvaro Vinuesa en El Confidencial. Y es que, mal que nos pese, no hemos reinventado la rueda.)

"El otro día el Wall Street Journal se pitorreaba de España, a través de nuestro ínclito presidente Rodríguez Zapatero, con un textual "Spain has come up with an ingenious solution to economic underperformance—make it ilegal", algo así como: España ha llegado con una ingeniosa solución
contra la crisis, hacerla ilegal.

El Wall Street Journal no se da cuenta de que lo que el genial Sr. Rodríguez está proponiendo no es ni más ni menos lo mismo que ellos y sus ancestros ingleses han hecho toda la vida: hacer ilegal la historia que no les ha convenido. No es más que su alumno aventajado. Inglaterra, con un marketing magistral, todo hay que decirlo, ha conseguido modelarla a su antojo, al igual que los diez y siete reinos de taifas en la triste España actual. Lo cual hubiera dado igual si no fuese porque hasta nosotros, y así nos va, nos hemos creído su versión. No estaría de más que en España se enseñase, y de verdad, nuestra apasionante historia común.

La mayor derrota inglesa…

El 13 de marzo de 1741 una invencible armada de 186 barcos, la mayor flota inglesa que jamás surcó los mares –sensiblemente mayor que la Gran Armada, llamada Invencible por el marketing inglés, que con tan solo 126 barcos se embarcó a la conquista de Inglaterra- intentó hacerse con toda la América Española, comenzando por Cartagena de Indias, con el mayor desembarco anfibio jamás conocido hasta entonces. Operación naval de tal calibre que no fue superada hasta 1944, el famoso desembarco de Normandía, esta vez con éxito y esta vez en tierras francesas, a cargo de los mismos invasores.

La impresionante flota inglesa constaba de 36 navíos de línea –los acorazados de la época-, ocho de ellos de tres puentes (del tamaño del Victory, el famoso buque insignia de Nelson); 28 navíos, la mayoría de dos puentes, con entre 50 y 60 cañones; 12 fragatas; 2 bombardas; varios brulotes y 130 buques más que transportaban la fuerza anfibia de 9.000 hombres. En total, cerca de 30.000 marinos y soldados británicos que perdieron su honra, y buena parte de ellos su vida, a manos de tan solo 3.600 españoles: 1.100 soldados veteranos; 400 reclutas sin experiencia en
combate; 600 milicianos criollos y mulatos; más 600 indios, negros libres y mestizos. Durante el sitio se incorporaron algunos centenares de guerrilleros nativos. A esto se añadían seis buques junto con sus tripulaciones: el Africa, el Dragón, el Conquistador, el San Felipe, el San Carlos y el Galicia.

…a manos del Almirante Pata Palo…

La flota inglesa estaba al mando del Almirante Vernon el cual, con una soberbia indigna de un caballero inglés, se permitió el lujo de enviar a Londres la noticia de su victoria, después de los avances iniciales y cuando la posición española parecía desesperada, antes de que fuese
humillantemente derrotado, durante la noche del 19 al 20 de abril, a manos de los seiscientos supervivientes que quedaban en el castillo de San Felipe al mando del General de la Armada y Comandante General de Cartagena de Indias, D. Blas de Lezo, llamado Pata Palo.

Más de un mes después, los ingleses por fin se retiraron, dejando más de diez mil muertos en las playas y hundiendo cinco barcos propios para que no cayesen en manos españolas por falta de tripulación que los pudiese llevar de vuelta a casa. Además, durante la batalla, habían perdido 19
navíos de línea, entre ellos seis de tres puentes, lo mejor de la marina inglesa de entonces, además de cuatro fragatas y veintisiete transportes.

…donde Gran Bretaña no mostró precisamente lo mejor de sí misma…

En cuanto llegó a Inglaterra la noticia de la falsa victoria y como parte del indescriptible júbilo que en Londres se desencadenó, se acuñaron inmediatamente monedas conmemorativas del de momento fastuoso triunfo que abría las puertas de todo el Imperio Español a la pérfida Albión.

En ellas Blas de Lezo aparecía, para mayor escarnio, arrodillado y entero, junto con una inscripción que decía: "el orgullo español humillado por Vernon". Pero Blas de Lezo no estaba "entero": le faltaba el ojo junto con la pierna izquierda y tenía la mano derecha lisiada.

… ya que el rey inglés ilegalizó la historia…

Sin embargo, ni en el imaginario inglés, ni en el americano del norte -más adelante veremos por qué- existe constancia de tamaña derrota: ordenó borrarla de la historia Jorge II, Rey de Inglaterra, el cual, cuando por fin se conoció la verdad, prohibió hablar y que se escribiese acerca de semejante humillación.

De hecho hoy en día, cuando se ojean las publicaciones inglesas, se encuentra, si es que de verdad se encuentra algo, una verdad muy edulcorada, jamás puesta a escala y sin ninguna elegancia, de los tremendos acontecimientos que en realidad fueron; echando en todo caso la culpa al empedrado –en este caso a la fiebre amarilla o la malaria, que sabiamente utilizó Blas de Lezo como luego hicieron los rusos con el general invierno contra Napoleón o Hitler- en vez de a su incompetencia naval y militar y mucho menos a la profesionalidad demostrada por España
entonces.

Fue como pretender hundir el desembarco de Normandía en las cloacas de la historia y hacerlo olvidar, cosa que a pesar de todo casi han conseguido. Después de aquel intento de conquista, el imperio español en Sudamérica todavía aguantó casi un siglo más. Si la América Española no llegó a ser conquistada por las potencias de la época, encabezadas por Inglaterra, es porque no pudieron, no porque no lo hubiesen intentado una y mil veces a lo largo de más de 300 años.

Pero eso sí, la Europa de entonces, a pesar de no existir la prensa digital y canalla, se pitorreó de Inglaterra y de la Armada inglesa todo lo que quiso, durante muchos años, por haber sido derrotada por unas fuerzas diez veces inferiores, ayudadas por unos cuantos indios –hoy indígenas, seamos políticamente correctos-, al mando de un cojo, que además estaba tuerto y tenía una mano inútil.

El tiempo, que jamás perdona, acabó borrando su recuerdo, y eso es lo más bochornoso de esta
historia, también para nosotros.

…con la colaboración pre-estadounidense…

Junto con la flota inglesa, querido Wall Street Journal, participaron 4.000 colonos de Virginia que salieron desde Nueva York y Annapolis al mando de Lawrence Washington, medio hermano del general George Washington que, obviamente, también salieron escaldados. Curiosamente, su residencia, hoy objeto de culto y veneración casi religiosa por parte de sus compatriotas, se llama Mount Vernon, en honor del marino –inglés- más innoble e incompetente de todos los tiempos. Puro marketing siniestro.

…lo cual no evitó que los españoles casi colapsaran el naciente imperio inglés.

Durante los años que duró la guerra, llamada de la oreja de Jenkins, otro día diremos por qué, los guardacostas de Patiño –el ministro de la época que rehízo la flota con los primeros Borbones, no pensemos que en España todos los ministros han sido siempre tan cazurros como los de ahora-
capturaron o hundieron, en el plazo de unos tres años, la friolera de 786 barcos ingleses, casi colapsando su comercio, lo que obligó a Inglaterra a pedir la paz a España. A lo largo de todos esos años, el comercio español con América continuó con normalidad.

Pero aquí somos tan bobos que ni siquiera conocemos nuestra propia historia. La aplastante derrota inglesa fue de una escala mucho mayor y más humillante que la franco-española en Trafalgar. En ella perdió Inglaterra lo más granado de su oficialidad de entonces y lo mejor de su flota. Sin embargo, Blas de Lezo, uno de los mejores marinos que han existido jamás, que murió olvidado poco después a consecuencia de las heridas recibidas cuando arengaba sus tropas a caballo, es prácticamente un desconocido para los españoles y casi más en su tierra, un pueblo llamado, en su nombre vasco original, Pasajes de San Juan en Guipúzcoa (así se llamaba en
aquella época lo que hoy se denomina Pasai Donibane, nombre que se mantuvo durante cientos de años, hasta hace poco, porque está de moda ser diferente e inventar palabras para reafirmar las diferencias).

Moraleja

Señores del Wall Street Journal: si Jorge II de Inglaterra pudo ilegalizar la historia y Washington engrandeció la soberbia y la incompetencia, ¿por qué no puede Zapatero hacer ilegal la crisis?"

viernes, mayo 21

Rompecabezas

(De la wikipedia y de una nota en no-se-que revista)

En 1767 un fabricante de mapas inglés llamado John Spilsbury inventó el puzzle o rompecabezas, el cual fue un mapa de Europa montado sobre madera. Spilsbury serró la madera dividiendo los países por piezas.

Estos primeros puzzles se utilizaban exclusivamente como herramienta educativa en clases de geografía. En clase, los chicos debían de montar el mapa dividido en piezas para aprender cómo estaba conformado el continente Europeo. El efecto de la sierra sobre la madera al ser
cortada hizo que se denominase al puzzle originalmente "jig saw" (efecto de la sierra en inglés). En esa época todos los "jig saw" que se creaban tenían un efecto pedagógico, sobre tablas matemáticas, de alegorías escénicas de la Biblia…

Durante el siglo XIX el número de piezas aumentó, y en 1880 Milton Bradley comercializó el primer puzzle para niños, "The Smashed Up Locomotive.", que consistía en una litografía de una locomotora de vapor que él mismo cortaba. Debido a su convicción puritana y de orden de las
cosas, la bautizó como "destrozo de la locomotora", ya que en la caja mostraba una locomotora destrozada. Sin embargo, cuando se construía el puzzle, mostraba una locomotora entera y describía todas sus partes. Este primer puzzle comercializado aún tenía una función educativa para los niños.

A principios del S.XX se empezaron a crear en Estados Unidos puzzles más pictóricos destinados al entretenimiento; fascinaba el hecho de poder ordenar el caos que se había organizado previamente al serrar la madera. Esta fascinación por los puzzles, tanto en Europa como en América, estaba reservado a la aristocracia y clases altas ya que el coste de un puzzle de madera serrado a 500 trozos podía valer hasta 5$, precio superior al salario de un trabajador medio.

La edad de Oro del puzzle fue durante la gran depresión, la crisis hizo que mucha gente escapara de sus penas montando puzzles y obteniendo su éxito particular al finalizarlos. Los puzzles hacían referencia a máquinas como locomotoras, transatlánticos, etc. La tecnología permitió crear las piezas de un material mucho más barato que la madera, el cartón. Esta superficie revolucionó el mercado del puzzle y lo hizo accesible a todas las clases sociales. El coste de los puzzles era tan
barato que se utilizaban como reclamo para otros productos en las tiendas (por ejemplo, al comprar una pasta dentífrica te regalaban un puzzle).

En 1932, cada miércoles en los kioscos americanos apareció el puzzle de la semana por 25 centavos. La gente competía entre amigos para haber quién lo terminaba antes. Pese a la competencia del puzzle de cartón, mucho más barato y a la gran crisis, los puzzles de madera se
continuaron fabricando y empresas como Parker pudieron mantener su clientela fielmente.

miércoles, mayo 19

Una frase demoledora

A finales del XIX, cuando la Rusia pobre y campesina de la dinastía Romanov se descomponía víctima de una miseria de siglos provocada por la avaricia de los latifundistas, al tiempo que la semilla de la revolución avanzaba imparable desde los centros urbanos y los barrios industriales, un diplomático ruso, el conde Osten-Saken, ironizaba ante el príncipe alemán Von Bülock -ministro de Asuntos Exteriores que fue de Hohenlohe (1897) y canciller del Reich (1900)-, refiriéndose a la actitud del zar en estos términos: “L’empereur Nicolas a una indifférence qui frise l’heorisme”.

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lunes, mayo 17

Lógica futbolera

(Leído en la batisfera -una de las bitácoras del adn.com- hace ya un tiempo)

El partido clasificatorio entre Barbados y Granada en la Copa Shell del Caribe de 1994 no pudo ser más extraño. Para pasar a la siguiente ronda, Barbados tenía que ganar por dos goles de diferencia, y cualquier otro resultado haría que fuera Granda quien pasara a la siguiente ronda. Si el partido terminaba en empate habría prórroga, y en este caso, según una extraña regla del torneo establecida para segurar un resultado y evitar empates, el primer equipo que marcase tendría la victoria por 2-0. Esto es, ganara quien ganara en la prórroga -terminada cuando algún
equipo marcase-, lo haría por dos goles.

A cinco minutos del final, y tras un gol de Granada en el minuto 83, Barbados ganaba 2-1. Es decir, quedarían fuera del torneo (necesitaban un 3-1). Como era complicado que consiguieran marcar otro gol atravesando la sólida defensa del Granada, decidieron, siguiendo una lógica impecable, que era más sencillo meterse un autogol para quedar 2-2 e irse a la prórroga. Y así lo hicieron, consiguiendo un 2-2 en el minuto 87, lo que los llevaba directamente a la prórroga.

Los jugadores de Granada, que no eran estúpidos, se dieron cuenta segundos más tarde de lo que planeaban sus rivales y comenzaron a intentar meterse un gol en su portería. Y es que daba lo mismo una portería u otra ya que se clasificarían si perdieran o ganaran por un gol. Por supuesto, Barbados intentó evitar ese gol, defendiendo la portería de Granada, sin dejar de defender la propia.

Esto llevó a una escena extraña cuando menos. Durante los últimos minutos del partido los espectadores pudieron contemplar como ambos equipos defendían la portería contraria mientras los porteros intentaban desesperadamente que la pelota entrara en su red.

Estas maniobras llevaron al partido a una prórroga en la que Barbados finalmente marcó, consiguiendo la tan deseada victoria por 2-0 y con ella el paso a la siguiente fase.

James Clarkson, el entrenador de Granada, dió una variación del discurso típico de derrota: "Me siento engañado", dijo. "La persona que inventó estas reglas es un candidato para el manicomio. El partido nunca debería haberse jugado con los jugadores confusos. Nuestros jugadores ni
siquiera sabían en qué dirección atacar: nuestra portería o la suya. Nunca lo había visto antes. En fútbol, se supone que debes ir contra el rival, y no marcar a su favor", añadió.

sábado, mayo 15

Sobre el cerebro de los hombres

(Leído en Elconfidencial.com. a mediados de abril...Que cada cual decida si el autor tiene razón o no.)

Robin Nixon, en un artículo en Livescience.com titulado "10 Things Every Woman Should Know About a Man's Brain", hace una lista de los diez puntos clave que una mujer debería saber sobre el cerebro de los hombres.
  1. Son más emocionales. Habitualmente se considera que el género femenino es más emocional pero los niños pequeños son más expresivos y emocionales que las niñas. Los niños aprenden a ocultar las emociones sólo porque culturalmente se considera algo "impropio del hombre".
  2. Son más vulnerables a la soledad. Son particularmente sensible los hombres de avanzada edad, según explica el doctor Louann Brizendine, profesor de Psicología Clínica en la Universidad de California (San Francisco). Vivir con mujeres puede aminorar esta vulnerabilidad puesto que sus niveles hormonales disminuyen la ansiedad.
  3. Centrado en buscar soluciones. El Dr. Brizendine destaca que el sistema empático del cerebro masculino no responde cuando alguien tiene un problema, como ocurre en las mujeres, y la región 'Arréglalo' se activa y toma el control.
  4. Olvidan a su pareja si no la tienen delante. Pranjal Mehta, un psicólogo social de la Universidad de Columbia en Nueva York, explica que los hombres se olvidan de su pareja cuando ésta desaparece de su campo visual.
  5. Defienden sus posesiones. Según el doctor Brizendine, parte del trabajo masculino es "la defensa del césped", como un modo de "defender el territorio". Los hombres son más propensos a volverse violentos cuando se enfrentan a una amenaza amorosa o de territorio.
  6. Necesitan una jerarquía. Una jerarquía inestable puede causar ansiedad en los hombres pero una cadena de mando establecida, como la practicada por los militares, reduce su agresión.
  7. En la madurez disminuye la competitividad. Cuando el cerebro masculino madura se preocupa más por las relaciones y la cooperación que cuando es joven, momento en el que le preocupa más competir por el estatus.
  8. Ser padre les hace sensibles. Cuando un hombre va a ser padre sufre unos cambios hormonales -sube la prolactina y disminuye la testosterona- fomentando de este modo los comportamientos paternos.
  9. La educación de los hijos. La forma en la que los padres juegan con sus hijos puede ayudar a éstos a ser más confidentes, a aprender mejor o a prepararlos para el mundo real. Los padres involucrados en la educación de sus hijos tienen niveles de testosterona más bajos.
  10. Campanadas de boda. Antes de los 30 existen más probabilidades de que el hombre sea infiel pero, una vez casado, se centra en mantener a su familia.

viernes, mayo 14

Volovanes

(De la columna de Caius Apicius en el Confidencial del pasado 26 de abril)

Cuentan que uno de los más grandes cocineros de la historia, Marie-Antoine Carême -quien, aunque su nombre parezca indicar otra cosa, fue un varón nacido en París en 1783 y fallecido en la misma ciudad en 1833- inventó, entre otras muchas cosas, esos pastelitos de hojaldre rellenos antes tan frecuentes en aperitivos y cócteles y hoy casi olvidados llamados, en español, volovanes, del francés vol-au-vent.

Al parecer, un día este maestro cocinero, que trabajó para el príncipe de Talleyrand, el zar Alejandro I, el que luego sería Jorge IV de Inglaterra, el príncipe Sterhazy y el barón Rothschild, tuvo la idea de hornear unos pastelillos usando una masa de hojaldre en lugar de la habitual pasta brisa; cuando salían de horno, uno de sus ayudantes, admirado de la ligereza de esa pasta, exclamó: "elle vole au vent!" (¡vuela al viento!), de donde procede su nombre actual.

En realidad, un volován, como quiere que se escriba el DRAE, es una derivación de lo que se llamaba bouchée (bocado), cuya máxima expresión probablemente sea la bouchée à la reine, rellena de pechuga de pularda y trufas, entrante dedicado, según dicen, a la esposa de Luis XV, la reina María Leszczynska. Sean bouchées, sean volovanes, estos pastelitos fueron, durante mucho tiempo, los reyes, junto a las croquetas, de los aperitivos calientes... entre otras cosas porque aunque nacieron de mayor tamaño acabaron modelándose a tamaño individual, para poder ser comidos con una sola mano, algo que debería ser consustancial con todos los aperitivos que se sirven cuando los comensales aún no han tomado asiento.

Yo lamento el olvido en el que han caído los volovanes. En mis años de estudiante de Periodismo en Madrid vivía en casa de una tía mía, viuda, que había conocido tiempos más boyantes, de los que había heredado el gusto por la cocina preconizada por María Mestayer de Echagüe, conocida como Marquesa de Parabere; los dos tomos de La Cocina Completa eran, digamos, su libro culinario de cabecera. Hoy los tengo en mi estudio, y se les nota el mucho uso que mi tía Pepita les daba. El caso es que en casa de mi tía, cuando había una comida de más o menos compromiso, como se decía entonces, no podían faltar los volovanes.

La Parabere se explaya en la receta. Una vez leída, uno se extraña menos de que apenas se presenten ya volovanes: si se quieren hacer en casa desde el principio, el trabajo es mucho. Preparar hojaldre, para empezar, que es una cosa que para quien sabe hacerla puede ser casi mecánica, pero que requiere arte y trabajo. Yo he probado muy buenos hojaldres, pero siempre recordaré el que elaboraba Juan Bermejo en un restaurante de la localidad navarra de Peralta, el 'Atalaya' de Jesús Mari Barcos y su esposa Pili: era literalmente maravilloso y, sí, estoy seguro de que un golpe de viento podría llevárselo.

Un buen pastelero puede convertirse en un gran cocinero, como en el caso de uno de los mejores de siempre, el francés Michel Guérard; de que pueda suceder lo contrario ya no estoy tan seguro. Y un buen hojaldre, no lo duden, es un timbre de gloria para un pastelero. Luego, una vez preparada la masa, hay que cortar y hornear los volovanes, cosa que, de seguir las instrucciones de la Parabere, requiere de no pocas precauciones y atención. Por supuesto, tanto trabajo exige un relleno -a la Reina, a la financiera, de mariscos...- que esté a la altura.

Naturalmente, el hojaldre puede comprarse hecho y congelado, como también pueden comprarse los volovanes listos para rellenar en alguna buena pastelería. Esto, como pueden ustedes comprender, facilita mucho las cosas. Si optan por esta solución, que es la más cómoda, no olviden que el relleno ha de ponerse inmediatamente antes de servir los volovanes y justo después de calentar éstos; si esperan a que estén rellenos para hornearlos, el propio relleno arruinará el hojaldre, lo ablandará al empaparlo, algo indeseable. Un buen volován se toma recién terminado, caliente: sólo así se disfruta de verdad, íntegramente.

Vol-au-vent... Hoy parece que, como al Sur de Scarlett O´Hara, se los ha llevado el viento. En fin, un motivo más, ahora que sólo importa lo actual, lo del momento, para dedicar un recuerdo a Carême, que era un ciudadano con un altísimo concepto de sí mismo.

En una ocasión, el príncipe de Talleyrand, uno de los más reputados gastrónomos de su época, quiso mostrar sus cocinas al mismísimo zar Alejandro I. Cuando el autócrata de todas las Rusias entró en la cocina, vio que todo el mundo se descubría... menos un individuo que mantenía en la cabeza su gorro de cocinero. El Zar, volviéndose a Talleyrand, le preguntó, irritado: "¿Quién es este insolente?". Y el hábil y camaleónico aristócrata francés, sencillamente, le contestó: "La cocina, Majestad". Ya sabía bien con quién se gastaba los cuartos, Talleyrand... al que, en cualquier caso, el Zar le birló al cocinero al terminarse aquella juerga colectiva que debió de ser, en 1815, el Congreso de Viena.

Nota: Fue este mismo cocinero quien declaró que «las bellas artes son cinco, a saber: la pintura, la escultura, la poesía, la música y la arquitectura, la cual tiene como rama principal la pastelería».

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jueves, mayo 13

Ojos verdes tienes

(De peluche, ¿cómo no?)

La distinta coloración de los ojos –azul, verde, castaño y negro- depende de la cantidad de pigmento presente en la parte más superficial del iris, la melanina. Este colorante natural, que nos protege de los rayos ultravioletas, se halla en todos los ojos, salvo en el de los albinos, y su color depende de la cantidad y el tamaño de los gránulos de melanina. Así, es azul si son muy pequeños; verde si son un poco mayores y, a medida que aumentan de tamaño y número, el iris se va oscureciendo.

Gracias a este pigmento y al que se acumula en la zona más profunda, que aparece siempre de color más oscuro, el iris puede hacer su función, que consiste en dosificar la cantidad de luz que entra por el ojo, abriéndose y cerrándose como la abertura de una lengüeta de una cámara.
Por sí misma, la melanina limita la potencia de los rayos solares. Esta es la razón por la que los albinos sufren una fuerte sensibilidad a la luz que compromete su visión.

martes, mayo 11

Robert Capa y Gerda Taro, una pareja de fotografía

(Un artículo de Susana Fortes para el XLSemanal del 21 de junio del año pasado)

París, 1935. Escritores, pintores, poetas y reporteros se mezclan en las calles con miles de refugiados que llegan huyendo del nazismo. Entre ellos, dos jóvenes judíos. Él, húngaro, moreno, fotógrafo, con poco más de 20 años y ojos de gitano. Su nombre: Andre Friedman. Ella, alemana de origen polaco, dos años mayor que él, metro cincuenta, rubia, orgullosa, flaca y lista como el hambre. Se llama Gerta Pohorylle.

Desde hace meses, la ciudad del Sena es un hervidero. Con el franco devaluado y el champán barato, los cafés son el corazón del mundo para los recién llegados. Se intercambian direcciones, se rastrean posibilidades de empleo, se comentan las últimas noticias. La Closerie des Lilas, el Café de Flore, el Dôme, Les Deux Magots… La costumbre era hacer toda la ruta, yendo de mesa en mesa para obtener un resumen completo de los acontecimientos de la jornada. París, los horarios generosos, las ventanas abiertas y las ideas del mundo. Era imposible no
encontrarse tarde o temprano. Gerta y Andre se conocieron en Montparnasse.

No fue precisamente lo que se dice un amor a primera vista. A ella, el húngaro le pareció un poco engreído, ambicioso, demasiado previsible a veces, como todos, seductor desde luego, algo vulgar también, de escasos modales. Pero tenía algo en los ojos. Una especie de incertidumbre que
le infundía cierto encanto. «Cuidado», pensó. «Cuidado.»

Se enamoraron ese verano durante un viaje a la isla de Santa Margarita, en el sur de Francia. Él le enseñó a manejar la Leica y ella le enseñó a bailar. Había demasiadas deudas que zanjar, el material fotográfico era caro, los periódicos pagaban con semanas de retraso… Hacerse una
reputación era importante. Eso, Gerta, lo sabía de sobra. Dándole
vueltas al asunto, tuvo una idea genial.

Fue un verdadero golpe de efecto. Se inventaron un personaje, un tal Robert Capa, un supuesto fotógrafo americano. A Andre le encantó el nombre. Corto. Sonoro. Fácil de pronunciar. También ella cambió su identidad. Mi nombre es Taro, Gerda Taro. Las mismas vocales que Greta
Garbo, las mismas sílabas, la misma música. «Si ni siquiera puedes elegir tu propio nombre, qué clase de mundo es éste», decía.

Los actores estaban claros. Sólo necesitaban un argumento para poner en pie su sueño y enseguida lo encontraron. Andre hacía las fotos, Gerta las vendía y el tal Robert Capa las firmaba. Como se suponía que era un profesional muy cotizado, no vendían sus negativos por menos de 150 francos, el triple de la tarifa vigente. Empezó a irles bien: música, risas, cigarrillos, tintineo de copas a la orilla del Sena. Pero entonces, de pronto, en medio de esa felicidad, apareció el ala de un cuervo. A través de la radio se fue extendiendo por todas partes la noticia del levantamiento de la Legión española en Marruecos bajo el mando de un tal Franco, un oscuro general de medio pelo. El remedo español de Hitler y Mussolini.

España se convirtió en el ojo del huracán. Mientras los gobiernos de Europa dejaban a la República a los pies de los caballos, miles de brigadistas salieron a defenderla por su cuenta y riesgo. Robert Capa y Gerda Taro llegaron a España como reporteros. El estallido de la Guerra
Civil marcó el comienzo de su leyenda. La guerra los hizo madurar deprisa en el ambiente bronco de Madrid a la luz de los reflectores de las defensas antiaéreas. `Avenida del Quince y Medio´ llamaban los madrileños a la Gran Vía por el calibre de los proyectiles. Tomaron partido, claro. Eran antifascistas. Sabían que en España se jugaba el futuro de Europa. Querían fotografiar como fuera una victoria republicana. Desde su llegada no hicieron otra cosa que buscar la maldita foto. Pero cuando por fin la encontraron, no se dieron cuenta de que la tenían. Hay imágenes que se convierten en símbolos. Muerte de un miliciano está condenada a permanecer envuelta en la polémica, sin que por ello deje de ser la mejor fotografía de guerra de todos los tiempos.

El viejo caserón del marqués Heredia Spinola, sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, se convirtió en su hogar. Allí conocieron a Alberti y a María Teresa León, a Neruda, a León Felipe, a Hemingway, a John dos Passos… todos formaban una familia. El país los conquistó, pero también estableció entre ellos un duelo de rivales en el que Gerda no estaba dispuesta a ceder un palmo de su territorio ni en el amor ni en la guerra.

Acompañaron a las tropas, siempre en primera línea, intercambiándose las cámaras, la Leica, la Rolleiflex y una cámara de cine Eyemo. «Una causa sin imágenes no es sólo una causa olvidada –diría Capa–, es también una causa perdida.» Dos mujeres reparando un camino donde había estallado una mina. Una madre joven refugiada con tres chiquillos en un andén de metro. Una miliciana adolescente apuntando con un Mauser desde una barricada en la Facultad de Medicina. «Si tus fotos no son lo bastante buenas, es que no estás lo bastante cerca.» Entonces, cada cual tenía ya el reloj puesto en su hora, que era la de morir. Y, quizá, los dos de algún modo lo sabían.

Gerda Taro murió arrollada por un tanque en el verano de 1937, después de haber sobrevivido a la batalla de Brunete. Su cuerpo fue velado en el jardín de la Alianza de Intelectuales durante toda la noche por una guardia de honor republicana antes de ser trasladada a París. Capa nunca
logró superar su muerte. Se convirtió en un hombre distinto, más cínico, cada vez más nihilista, desesperado. En su libro Death in the making escribió la siguiente dedicatoria: «A Gerda Taro, que pasó un año en el frente de España y se quedó». Robert Capa vivió lo suficiente para fotografiar la guerra chino-japonesa en 1938 y algunas de las que vendrían después. Desembarcó con las tropas aliadas en las playas de Normandía, con la primera oleada, Compañía E, del 116. Entró con los carros de Leclerq en el París liberado y esa noche durmió en el Ritz después de beberse con Hemingway todo el champán que quedaba en la bodega. En 1947 fundó con Cartier-Bresson la agencia de fotografía Magnum. Cubrió la primera guerra árabe-israelí. Fotografió los campos de refugiados de Haifa. Murió en mayo de 1954 al pisar una mina durante la guerra de Indochina. Tal vez antes de que el suelo estallara bajo sus pies en la carretera de Thai-Binh tuvo tiempo de volver durante una décima de segundo a España, a aquella parte del recuerdo en la que Gerda y él, los dos muy jóvenes, regresaban juntos del frente por un camino de tierra, con las máquinas al costado y el trípode en bandolera. Sonriendo.

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domingo, mayo 9

En plena operación bikini

(Un artículo de Juan Manuel de Prada en el XLSemanal que pone un poco de humor al tema-)

Dejó escrito Edgar Neville que la única dieta infalible es una estancia en un campo de concentración nazi (pero quizá por entonces no se conocían las clínicas de adelgazamiento intensivo del gulag). A juzgar por el ímpetu con que algunos se empeñan en la tarea imposible de
corregir sus michelines, podría pensarse que estarían dispuestos a ingresar voluntariamente en tan amenos lugares. Está demostrado que los kilos son el mejor amigo del hombre, o al menos el amigo más leal e insistente, de una lealtad y una insistencia caninas: por mucho que uno se esfuerce en espantarlos cuando llegan los sofocos estivales, los kilos siempre vuelven a casa por Navidad, como aquellos familiares pelmazos del anuncio, para abrigarnos la cintura y los riñones, que son partes muy delicadas de la anatomía que requieren protección contra el frío. Pero a sabiendas de que los kilos siempre vuelven, a veces acompañados de otros kilos sin dueño que se encontraron en la calle y a quienes, por desesperación o misericordia, acabamos brindando nuestra hospitalidad de gordos caritativos y vocacionales, así y todo, hay gente que se empeña en desalojarlos con dietas atroces y severísimas que son como órdenes de desahucio. Por supuesto, los desahuciados nunca son los kilos excedentes, sino los pobres diablos que sufren la dieta.

Ocurre con las dietas como con el matrimonio. Primeramente hay que encontrar la dieta que nos corresponde, esa dieta específica que puede remediar nuestra gordura recalcitrante. Cuando por fin encontramos la dieta que parece inventada para nosotros, pensamos que nuestra felicidad
está garantizada; pero pronto descubrimos que, como en el matrimonio, lo único que está garantizado es la rutina, una rutina aún más gravosa que la conyugal, contra la que además no caben excepciones. Mientras los casados pueden permitirse de vez en cuando algún desliz o desahogo clandestino, y aspirar incluso a que dicho desliz pase inadvertido, los que están sometidos a una dieta pagan muy caras sus tentaciones adúlteras: cualquier infracción es inmediatamente acusada ante la báscula. Como ocurre también con los matrimonios, son frecuentes las rupturas de las dietas; pero, misteriosamente (ya se sabe que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra), quien renunció a una dieta, asqueado de las privaciones y sacrificios que le imponía, acaba abrazándose a otra todavía más rigurosa, previo paso por la consulta de un experto en dietética, que suele estar más forrado que un abogado especialista en divorcios.

A quienes mantienen dieta se los distingue enseguida por la cara de congrios hervidos que se les pone, no tanto porque su rácano régimen de alimentación los obligue a mantener una existencia fastidiosa (que también), sino sobre todo porque sus amigos no dejan de afligirlos con pullas involuntarias. Una de las principales pesadillas del gordo sometido a dieta es que todo el mundo se considere legitimado para asestarle sus recomendaciones; así, por ejemplo, se le dice: «Deberías comer la mitad de lo que comes», sin reparar antes en que el gordo sometido a dieta siempre come la mitad de lo que en realidad desearía comer. Existen ahora unas dietas personalizadas que los dietistas elaboran después de someter a su cliente a análisis de sangre y no sé cuántos enjuagues de laboratorio; dichas dietas son como la versión ensañada de aquel Pedro Recio de Tirteafuera que martirizaba a Sancho Panza, prohibiéndole engullir cualquier vianda mínimamente gustosa. Además, con las dietas personalizadas suele ocurrir que si, por ejemplo, tratan de combatir los índices de colesterol demasiado elevados de la víctima, lo hacen a costa de elevarte los índices de glucosa o urea; de tal manera que a la postre es necesaria otra dieta personalizada que solucione los desarreglos provocados por la anterior dieta
personalizada, y así hasta el infinito. Una fatiga.

Las dietas, a la larga, sólo consiguen abrir el apetito. El organismo, una vez concluido el martirio, se abalanza sobre los alimentos que le fueron vedados, reponiendo en un santiamén los kilos que tanto esfuerzo le costó suprimir. Eso por no mencionar que una molla bien apretada es preferible a un pellejo flácido. No sean desagradecidos y amen sus kilos como ellos les aman a ustedes.

viernes, mayo 7

La trastienda de algunas grandes citas políticas

(Un artículo de Javier García Cristobal en el XLSemanal del 24 agosto del 2008)

Yalta, 1945; Viena, 1961; Moscú, 1972; Camp David, 1978; Ginebra, 1985... Nadie duda de que fueron encuentros que han marcado la historia del siglo XX. Pero pocos saben lo que ocurrió realmente detrás de las cámaras que los inmortalizaron. Un libro del historiador David Reynolds, Cumbres. Seis encuentros de líderes políticos que marcaron el siglo XX, nos lo cuenta.

KENNEDY-JRUSCHOV
La hora del deshielo (Viena, 1961)
En la primera velada de la cumbre de Viena de 1961, el líder soviético Nikita Jruschov departió largo rato con Jackie Kennedy. Mientras peroraba sobre los logros soviéticos en el espacio, mencionó que una perra que había participado en sus programas había tenido cachorros. «¿Por qué no me envía uno?», preguntó Jackie. Dos meses después, el embajador ruso llegó a la Casa Blanca con un perro aterrorizado. «¿Y eso?», preguntó el presidente. «Me temo que se lo pedí a Jruschov –se disculpó su mujer–. Es que ya no sabía de qué hablar».

  • La negociación: la URSS y EE.UU. estaban embarcados en una carrera armamentística que agotaba sus economías. Necesitaban rebajar la tensión y el gasto.
  • El resultado: no se llegó a ningún acuerdo.

  • A pesar de su aspecto atractivo y atlético, John Fitzgerald Kennedy sufría tantos males –úlceras, insuficiencia suprarrenal, debilidad crónica, problemas de vejiga, sinusitis, problemas de espalda...– que dependía de un cóctel diario de fármacos. No quería presentarse ante Jruschov «como un minusválido» y, para poder prescindir de muletas, llevó a la cumbre al doctor Max Jacobson, a quien su hermano Robert veía con espanto: la especialidad de Jacobson eran las anfetaminas. Frente a él, Kennedy se encontró a un hombre inteligente, ambicioso y desconfiado; dicen que por sus orígenes humildes y por su estatura: Jruschov medía poco más de un metro cincuenta.

    Kennedy necesitaba recuperar prestigio tras el fiasco de Bahía de Cochinos en Cuba, y Jruschov `desactivar´ a su socio chino, Mao, quien llegó a considerar la guerra nuclear aduciendo que el bloque comunista tenía más población y, en caso de aniquilación, más posibilidades de sobrevivir. Jruschov creía que Mao estaba loco, pero aspiraba al liderazgo del bloque comunista y, por lo tanto, necesitaba la distensión con EE.UU. Su otra prioridad era solucionar el problema de Berlín, donde miles de refugiados del este cruzaban a la zona occidental. Cada líder llegó con su propia lista de prioridades y con la certeza de que, si se mantenía firme, el otro cedería. No ocurrió. Tras el encuentro, Jruschov reconoció que la guerra era «posible» y aprobó los planes para separar Berlín con un muro. Ordenó que empezaran con alambre de espino y que se vigilara la reacción de Occidente antes de erigir un muro de hormigón. Kennedy, aunque se había comprometido con una Alemania libre y unida, bromeó: «Un muro es, de lejos, mejor que una guerra».

    CHURCHILL-ROOSEVELT-STALIN
    El reparto del botín (Yalta, 1945)

    En Yalta, Churchill y Roosevelt creían que podían manejar a Stalin. Sabían poco de él, pero les caía bien. Durante esta reunión nació la idea de un Consejo de Seguridad para la ONU.

  • La negociación: Churchill quería dirigir la reconstrucción alemana; Roosevelt, involucrar a Rusia contra Japón; Stalin, ganar todo el territorio alemán posible.
  • El resultado: se aprobó la partición de Alemania y nació la idea de un Consejo de Seguridad para la ONU.

  • Ningún amante ha estudiado cada capricho de su amada como lo hice yo con los del presidente Roosevelt», decía Churchill explicando su esfuerzo para implicar a Estados Unidos en la guerra. `El cortejo´ se llevó a cabo mediante unos dos mil telegramas y cartas, pero también cara a cara. Churchill voló 170.000 km durante la guerra, la mayoría de las veces en bombarderos reconvertidos, sin calefacción y sin presurizar; a menudo bajo la amenaza de aviones enemigos. Cuando alguien dijo que Churchill, Roosevelt y Stalin eran como la Santísima Trinidad, el líder soviético comentó en broma que Churchill era el Espíritu Santo: «Por lo mucho que vuela».

    Roosevelt y Churchill se conocían bien, pero lo sorprendente de la cumbre de Yalta, donde se reunieron en febrero de 1945, era lo poco que conocían a Stalin. Los soviéticos controlaban entonces gran parte de Europa del este y no podían ser expulsados salvo por la fuerza. Volverse contra un aliado así no era posible. Por lo tanto, lo curioso no fue lo que Roosevelt y Churchill concedieron a Stalin, que ya lo tenía casi todo, sino lo convencidos que estaban ambos de poder establecer una relación de cooperación duradera con el líder soviético.

    Roosevelt conocía bien Alemania pero sabía muy poco de los soviéticos. Su régimen era prácticamente un arcano: el personal diplomático apenas tenía oportunidad de establecer contacto con funcionarios rusos y menos aún con la población. Los embajadores rara vez veían a Stalin, mientras que su ministro de Asuntos Exteriores, Molotov, tenía fama de ser Mister Niet (Señor No).

    Stalin, que había enviado a la muerte a cientos de miles de personas, no daba esa impresión en persona. Churchill se refirió a él en privado como «un campesino a quien sabía exactamente cómo manejar». Roosevelt reconocía estar impresionado por su buen talante. Stalin mantuvo una actitud tranquila e irónica en las reuniones, mientras garabateaba y fumaba en pipa. Era un negociador hábil, dejaba hablar a los demás y guardaba sus sucintos comentarios para el momento más oportuno. Churchill, en cambio, agotó a los demás al abordar las reivindicaciones alemanas y la posición de Francia. Yalta alcanzó triste fama. Se vio simplemente como un reparto de Europa entre las superpotencias y como ejemplo de un apaciguamiento cobarde, por el que se entregó a millones de personas a la opresión comunista.

    BRÉNEV-NIXON
    Hacia el fin de la guerra fría (Moscú, 1972)

  • La negociación: Nixon confiaba en la influencia de Moscú sobre Hanói para hallar una salida honorable de Vietnam. Se debatía el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas y un marco para las relaciones soviético-americanas.
  • El resultado: fue la cumbre más productiva de la guerra fría. Es la primera en la que todos ganan. Nixon fue reelegido.

  • Einsenhower, Kennedy y Johnson desearon –e intentaron– celebrar una cumbre en Moscú, pero ninguno lo consiguió. Fue Richard Nixon el primero en lograrlo en 1972, y la clave tiene nombre propio: Henry Kissinger. Nixon accedió al poder persuadido de que debía llevar la política exterior en el mayor de los secretos, actitud reforzada por su propio carácter inseguro. Quizá por ello colocó a Kissinger al frente de la Seguridad Nacional, pese a que durante la campaña éste había tonteado tanto con republicanos como con demócratas. «No confío en Henry, pero puedo utilizarlo», comentó Nixon en privado. Kissinger, un judío refugiado de la Alemania nazi, gestionó la cumbre de Moscú al más puro estilo `llanero solitario´.

    El 17 de febrero, el primer presidente americano en viajar a la capital soviética sugirió al embajador ruso, Anatoly Dobrynin, pasar por encima del Departamento de Estado para los asuntos importantes y tratarlos directamente y en secreto con Kissinger. Esta vía extraoficial entre la Casa Blanca y el Kremlin se convirtió en el canal principal para las relaciones entre soviéticos y norteamericanos durante los años de la administración Nixon. En sus memorias, Dobrynin comentó que el amplio uso de esta vía extraoficial no tenía precedentes, «ni en mi experiencia ni quizá en los anales de la diplomacia». Atribuyó también a ese estilo de comunicación muchos de los logros de la llamada `era de la distensión´. Pero el precio fue muy alto, ya que excluyó al Departamento de Estado y al Pentágono de los mensajes y las discusiones más importantes sobre temas clave, como Vietnam y el control de armas.

    En cualquier caso, lo conseguido en Moscú no puede obviarse. El Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT) que firmaron fue el primer acuerdo entre superpotencias y regulaba la carrera de armamentos nucleares. Ambos líderes concertaron también otros acuerdos, de cooperación económica y social; y se afianzó la convicción de que el antiguo enfrentamiento estaba superado y se pasaba a una fase de negociación. Esas esperanzas pronto se vieron truncadas, pero durante un tiempo se mantuvieron unas `cordiales´ relaciones.

    Incluso en el ámbito personal, se coronó la visita con un intercambio de regalos. Como era conocida la afición de Bréznev por los coches llamativos, Nixon le regaló un Cadillac. Para los soviéticos fue más complicado, porque nadie, ni siquiera los expertos del Ministerio de Asuntos Exteriores, pudieron averiguar si Nixon tenía algún hobby. «Creo que lo que le gustaría de verdad –observó el ministro soviético, Andrei Gromiko– sería una garantía para quedarse siempre en la Casa Blanca.»

    BEGUIN-CARTER-SADAT
    Un hito para Oriente (Camp David, 1978)

  • La negociación: Egipto deseaba la retirada total de Israel del Sinaí. Israel que Egipto no reclamara la creación de un Estado palestino.
  • El resultado: el parlamento israelí aprobó los acuerdos de paz. En 1981, Sadat fue asesinado por musulmanes integristas.

  • Carter era un devoto baptista del Sur, empapado de la Biblia, que consideraba la Tierra Santa casi como si fuera su propia tierra. Empatizaba con la causa sionista y admiraba la democracia israeli. Sin embargo, le preocupaba la situación de los palestinos. Veía una analogía entre ellos en Oriente Medio y los negros norteamericanos, a quienes había apoyado en el movimiento de los Derechos Civiles. Conseguir la estabilidad en Oriente Medio era su prioridad en política exterior.

    Carter y Sadat se encontraron por primera vez en Washington en abril de 1977, fue el primer encuentro de Carter con un líder árabe. En lo personal congeniaron, y su relación fue idealizada aún más después del asesinato del dirigente egipcio en 1981 por radicales islámicos. Según Tasheen Basheer, portavoz de Sadat, a su jefe le gustaban tres aspectos de Carter: que parecía un granjero, que era un hombre religioso y que había sido militar, como él.

    Beguin, en cambio, había perdido a su familia, víctima de la Solución Final nazi, y no olvidaba que Sadat había escrito de Hitler que «aunque había cometido algunos errores, como abrir demasiados frentes, habría que perdonarlo por su fe en su país y en su pueblo».

    La cumbre fue muy tensa, duró 14 días. Ya en el segundo, los cumplidos del lenguaje diplomático y el protocolo brillaban por su ausencia. Carter llegó a temer, incluso, por la vida de los interlocutores que se enfrentaban también a las posturas de sus acompañantes. Para relajarse, cada uno de los mandatarios tenía sus medios: Carter hacía deporte; Beguin veía películas. Había pedido expresamente un western: Sólo ante el peligro; y Sadat andaba cuatro kilómetros todas las mañanas. A pesar de la tensión, Carter consiguió que ambos dirigentes firmaran un acuerdo marco y se comprometieran a terminar los acuerdos de paz en tres meses. El 26 de septiembre, el parlamento israelí aprobó los acuerdos y el 27 se anunció que Beguin y Sadat recibirían el Premio Nobel de la Paz. El 19 de noviembre ambos líderes se estrecharon la mano en Israel e intercambiaron bromas con el general Ariel Sharon. Al contemplar la escena, la anterior primera ministra israelí Golda Meir exclamó: «Nada de premios Nobel, que les den el Oscar.»

    GORBACHOV-REAGAN
    Socavando el muro de Berlín (Ginebra, 1985)

  • La negociación: ambos querían reanudar los vuelos directos entre los dos países y llegar a un acuerdo sobre el IDE, la llamada Guerra de las Galaxias.
  • El resultado: no llegaron a ningún acuerdo, pero fue el comienzo de una serie de encuentros que llevarían a la caída del muro de Berlín.

  • Nada más ser elegido presidente en 1983, Reagan declaró públicamente que la Unión Soviética era «el centro del Mal en el mundo moderno». Unos días después, anunció un sistema defensivo destinado a interceptar y destruir armas nucleares, la llamada Guerra de las Galaxias. Reagan tenía una visión del mundo en blanco y negro y fue un político `paradójico´: por un lado era inflexible partidario de la guerra fría y, por otro, aspiraba a ser un cruzado de la paz. Según Kenneth Adelman (su negociador para el control de armas), era «un hombre dotado de una habilidad especial para sostener ideas contradictorias sin incomodarse».

    Mijaíl Gorbachov, por su parte, era extraordinariamente joven para ser un dirigente soviétivo y creía que el sistema de su país necesitaba un cambio radical, lo que significaba, por encima de todo, reducir el gasto armamentístico. Eso requería una relación más pacifíca con Occidente.

    Los norteamericanos fueron muy meticulosos en la preparación de la cumbre. Sin embargo, una broma del presidente, mientras probaba los micrófonos de una radio a la que había sido invitado, despertó las dudas en Rusia y el resto del mundo sobre sus verdaderas intenciones. Pensando que no estaba en el aire, Reagan dijo: «Estadounidenses, tengo el placer de comunicarles que he firmado una ley que declara a Rusia ilegal para siempre. Empezaremos el bombardeo en cinco minutos».

    A punto estuvo de cancelarse el encuentro. Finalmente, el Air Force One despegó el sábado 16 de noviembre. Al parecer, la hora exacta en la que despegó el avión presidencial, las 8.35, fue elegida por razones esotéricas por Nancy Reagan, gran aficionada a la astrología. Tres días después comenzaba la cumbre. En apariencia, fue distante y nada productiva. En Moscú, Gorbachov se enfrentó a duras críticas, y en Washington tuvo que dimitir el asesor de Seguridad Nacional, MacFarlane. Pero cuando los dos líderes se despidieron, el biógrafo de Reagan cuenta que «se miraron con verdadero afecto». Gorbachov, por su parte, recuerda «una chispa de mutua confianza entre los dos, como un arco voltaico entre polos opuestos». Así debió ser, porque en los siguientes cuatro años `cortocircuitaron´ todo un sistema.

    miércoles, mayo 5

    De un obispo anglicano en el año 1100

    (Leído en la columna de Claudio Coelho en el XLSemanal del 8 de mayo de 2006. Parece la versión medieval del "Piensa globalmente y actua localmente")

    Cuando era joven y libre, soñaba con cambiar el mundo. Al alcanzar la madurez, descubrí que el mundo no cambiaría y decidí transformar mi país. Después de muchos esfuerzos, acabé dándome cuenta de que también esto era imposible. En los últimos años de mi vida, intenté cambiar a mi
    familia, pero ellos siguieron siendo como eran.

    Ahora, en mi lecho de muerte, descubro que mi verdadera misión consistía en cambiarme a mí mismo. Si lo hubiera hecho, sería capaz de haber cambiado a mi familia. Entonces, con un poco de suerte, este cambio habría afectado a mi país y, quién sabe, quizá al mundo entero.

    lunes, mayo 3

    Dumbo cumple setenta añitos

    (Leído a final de marzo en 20 minutos)

    Dumbo, el elefante más famoso del cine, cumple 70 años y Disney lo celebra con una edición extraordinaria eque incluye escenas y canciones eliminadas y varios documentales sobre este clásico de principios de los años 40, basado en el cuento "Dumbo, el elefante volador", de Helen
    Aberson y Harold Pearl. Éste nos cuenta cómo la señora Jumbo acaba de ser mamá de un pequeño elefantito con grandes orejas que se convierte en la burla de los animales y de los niños que visitan el circo, pero la elefanta le defiende siempre con la ayuda del ratón Timoteo, que le
    convierte en una estrella gracias a sus dotes voladoras.

    Cuando el proyecto se puso en marcha, en 1940, el estudio se encontraba en una encrucijada: "Blancanieves y los siete enanitos", el primer largo de la casa (1937), había sido un éxito descomunal pero también una aventura casi suicida a efectos económicos y creativos. El segundo
    largometraje de la compañía, "Pinocho" (1940) era aún más siniestro y sofisticado, pero no cuajó en taquilla. Y para terminar, pocos meses después se estrenó "Fantasía", una visionaria pirueta artística que mezclaba animación y música clásica. Avanzadísima para la época, la respuesta del público fue decepcionante.

    Por eso Dumbo, puesta en marcha ese mismo año, fue un todo o nada para el Tio Walt. Escaldado por los reveses en taquilla, Disney no tenía muy claro si seguir apostando por los largometrajes o centrarse en valores seguros como los cortos de Mickey y Donald. Aunque Walt Disney trabajó
    durante un tiempo en la adaptación del libro y en la creación de los personajes, fue la insistencia de dos guionistas, Joe Grant y Dick Huemer, lo que permitió que la película saliera adelante al continuar trabajando seis meses por su cuenta en la misma.

    Así, amparados en el éxito del libro infantil de 1939 (escrito por Helen Aberson e ilustrado por Harold Perl), los dos guionistas lograron el "si" de Disney con dos condiciones: que la cinta fuera corta y, sobre todo, barata. Junto al director, Ben Sharpsteen, cumplieron con lo acordado y apenas un año y medio después la producción estaba completa. La película es la más corta (64 minutos de duración) de Disney, lo que la convierte en el segundo largo más corto de la compañía, y la más barata hasta la fecha, 812.000 dólares. A pesar de que era una suma de
    dinero enorme para la época, hay que pensar que era la mitad de lo que costó Blancanieves y una tercera parte de lo que costaron Pinocho o Fantasía.

    Cuando Walt Disney vió la obra terminada quedó encantado. Como había pedido, era barata, sencilla y muy emocionante. En las entrevistas bromeaba con las orejas del silencioso héroe, aludiendo a sus propias orejas y a las de la gran estrella del momento, Clark Gable. Pero cuando
    Disney sonrió de veras fue al contemplar las colas de espectadores que hicieron de su estreno, en octubre de 1941, un éxito. En poco tiempo había recaudado el doble de su coste.

    Aunque el éxito de Dumbo, que aborda cuestiones como la xenofobia, el acoso y los prejuicios, se vio truncado de golpe cuando los japoneses atacaron Pearl Harbour y Estados Unidos entró así en guerra, la película se convirtió en uno de los más memorables títulos de la casa.

    Edward Plumb compuso y dirigió la banda sonora, ganadora del Oscar, y Frank Churchill, Oliver Wallace y Ned Washington escribieron las siete canciones que pertenecen a la misma, con títulos como "Canción de la cigüeña", "Casey Junior", "Canción de los payasos", "Elefantes color de rosa" o "Nunca vi a un elefante volar". Además, fue el primer largometraje de Disney emitido por televisión y editado en vídeo.

    Como no podía ser de otra forma, hay multitud de anécdotas ligadas a Dumbo. Dicen que, de todas las que produjo, era la favorita de Walt Disney. Que la revista Time tenía prevista convertirla en portada de su número de diciembre de 1941 pero tuvieron que cambiar de idea tras el ataque de Pearl Harbour.

    Cuando se pusieron manos a la obra, los dibujantes decidieron potenciar los rasgos cómicos y los colores vivos y cálidos, sobre todo porque la trama giraba en torno al mundo del circo, y los fondos y los personajes humanos eran muy esquemáticos, incluso se experimentó con la animación parcial, dando vida a la única parte del cuerpo que se movía. Además, las limitaciones presupuestarias obligaron a que sus fondos fueran coloreados con acuarelas (es el único clásico del estudio coloreado así, junto con Blancanieves).

    El rodaje -en principio iba a ser un corto de 30 minutos- se interrumpió por la huelga del estudio Disney de 1941 seguida por bastantes de sus animadores, que terminó con la marcha de grandes colaboradores como Art Babbitt, perteneciente al conocido como grupo de los "nueve viejos", los
    pioneros de la animación en la compañía. Como venganza, los que no la secundaron pusieron la cara de alguno de los cabecillas sindicales a los viles payasos que en la película se burlan de Dumbo.

    A diferencia de los cuentos mitólogicos, los materiales distan mucho de ser eternos, por lo que el departamento de conservación y restauración de disney se puso en marcha para recuperar la película original. De ésta, de nitrato, solo quedaba una copia en manos de la Academia de
    Hollywood, que sirvió de patrón para la recuperación y digitalización de 91.784 fotogramas, incluyendo algunas escenas inéditas. Entre estas, no sorprenderá a nadie ver una visita de Dumbo, sin padre y ridiculizado, al psiquiatra. Aunque no se mantuvo en la versión definitiva, se dibujó una secuencia en la que el elefante es atendido por el Dr. Hoot, un terapeuta alado que explora los miedos de Dumbo.

    Todo este trabajo ha servido para que Disney lance una nueva edición, incluyendo varios documentales y algunos cortos protagonizados por el elefantito. Ahora sólo queda volver a verla.

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    sábado, mayo 1

    Tener un hijo

    (Especial para el día de la madre, de Juan Carlos Pisano. Especialmente dedicado a mi hemanita...)

    Tener un hijo es ver cumplida la promesa
    del amor que se busca día a día;
    y es encontrar el fruto de esa búsqueda,
    en la unión que se engarza con la vida.

    Es soñar ser uno solo, en la pareja
    y lograrlo, fundidos para siempre.
    Es mirar con sencillez en un espejo
    y descubrirse los dos que allí se quieren.

    Es encontrar en los labios de un pequeño,
    las palabras que se enseñan con ternura;
    y es emprender el viaje riguroso
    hacia el destino eterno en su hermosura.

    Tener un hijo es ilusión de espera mutua;
    es recorrer el recóndito paraje
    del espíritu que estrecha manos puras;
    es escuchar miles de voces confundidas,
    y el corazón que distinga sólo una.

    Tener un hijo es desear,
    para el mundo que camina,
    un compromiso de entrega y paz futura;
    es abrirse el capullo de la madre
    y el hombre acompañar, presencia muda.

    Tener un hijo es el don maravilloso,
    de un milagro que se hace día a día;
    es el sueño del tiempo más precioso,
    que se alcanza pasando por la vida.

    Es asistir a la mezcla más divina
    entre el hombre y Dios que se regala;
    es abrigar la calidez de una mirada
    que fue simiente y ahora es cuerpo y alma.

    Tener un hijo
    es canción y es infinito;
    es silencio, es magnitud, también bullicio;
    es sentirse entre los hombres, repartido,
    siendo carne de la carne de ese niño;
    es tener, visible a los sentidos,
    la figura real de dos cariños;
    es, en pocas palabras, amor mío:
    verte a vos, en un rostro, allí, conmigo.

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