Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

lunes, marzo 29

¿Por qué se llama América el continente?

(Un artículo de Claudio Coelho en el XLSemanal del 24 de enero)

"He leído en estos días el ensayo Américo, escrito en 1942 por Stefan Zweig, escritor austriaco de origen judío que se refugió en Brasil durante la Segunda Guerra Mundial.

En este pequeño libro, Zweig parte de una pregunta muy sencilla que aprendemos a responder en el colegio: ¿por qué se llama `América´ el continente en el que nací?.

Nuestros profesores nos enseñaron que todo se debe a una carta de Américo Vespucio. Pero la cosa se complica cuando se intenta entender la importancia de Vespucio en esta historia: una carta, por muy bien elaborada que esté, no justifica semejante honra. Lo lógico habría sido que el continente se llamase `Colombia´, ya que todos sabemos que quien lo descubrió (o mejor, redescubrió, pues los vikingos y los fenicios ya habían pasado antes por aquí) fue el genovés Cristóbal Colón, financiado por los soberanos españoles.

Al intentar entender por qué las cosas se dieron de esta manera, Zweig va descubriendo una enorme maraña de malentendidos que hicieron posible la inmortalidad de Américo Vespucio.

¿Qué fue lo que sucedió exactamente? Vespucio realizó tres viajes al nuevo continente entre 1499 y 1502, y a partir de cada uno de ellos elaboró un escrito para relatar sus experiencias. No obstante, una de estas cartas, titulada Nuevo Mundo, fue uno de los mayores best seller de su época.

La recién nacida imprenta de tipos móviles se encargó de divulgar las novedades por toda Europa (libre de derechos de autor, dígase de paso). Y ciertos geógrafos de la pequeña ciudad de Saint-Dié, en Francia, fueron los primeros que dibujaron las costas de este nuevo mundo dándole el nombre de `América´, usando el nombre del autor de la carta como posible descubridor del nuevo continente.

En una Europa feudal, que había salido derrotada de las Cruzadas, la promesa de un Nuevo Mundo tuvo el efecto de una bomba: un milagro, una oportunidad que se daba a la gente de poder volver a soñar, dirigiendo la mirada al Sol poniente, sabiendo que el mundo aún reservaba un tesoro, al otro lado de las aguas, para aquellos que tuviesen el valor de superar sus propios límites.

La inmortalidad de Américo Vespucio, por tratarse de una de las mayores consagraciones que han honrado a un hombre a lo largo de la historia de la humanidad, tuvo también su lado oscuro. Como era de esperar, una vez bautizado el nuevo continente, comenzó a propagarse que Vespucio había `robado´ la gloria que le correspondía a Colón. Se decía incluso que no era más que un charlatán que había difundido conscientemente una mentira. Se daba inicio, de esta manera, a una especie de duelo académico entre Colón y Vespucio que se prolongaría dos siglos. Vespucio pasaba de `descubridor´ a `villano´, hasta que alrededor de 1700 se descubrió la correspondencia entre ambos viajeros, que demuestra que los dos se encontraban completamente al margen de la polémica que otros generaron."

sábado, marzo 27

Matar a la vieja

(Leído en Ambista, una revista sobre el patrimonio cultural aragonés que he encontrado una vez que las cenas de Gozarte me despertaran la curiosidad)

Tradicionalmente, la Cuaresma ha significado un periodo de ayuno y sacrificio. Con mayor o menor intensidad según las épocas, la lista de prohibiciones ha incluido desde el comer carne o beber vino hasta la celebración de bailes, comedias y otras diversiones públicas. Tales privaciones eran imperativas para mayores y chicos, aunque para éstos fuera más difícil sobrellevarlas al carecer de la capacidad necesaria para comprender su sentido religioso.

De ahí que en muchos lugares se adquiriera la costumbre de que durante un día los más pequeños pudieran saltarse las proscripciones cuaresmales y les estuviera permitido recorrer las casas del pueblo pidiendo comida y bebida para hacer una merienda. Ésta es la fiesta que los chavales solían celebrar aproximadamente a mitad de la Cuaresma y que recibía nombres como matar la vieja o la vieja remolona, en una alusión clara a la representación habitual de la Cuaresma como una vieja arrugada y escuálida.

Habitualmente recogían frutos secos: almendras, castañas… y también frutas. Los más mayores podían recibir vino, huevos, longanizas y filetes de carne de cerdo (las populares chullas). Era costumbre que se acompañaran de algún muñeco o algún objeto que representara la Cuaresma: por ejemplo la escoba vestida como una vieja que portan los chavales de Alcubierre, a la que llaman la vieja remolona, o el muñeco de paja y cañas vestido con ropas viejas y boina al que los chicos de Torres de Montes bautizaron o viejo remolón (el viejo remolón) y que pasean clavado en una horca. Al terminar la fiesta el muñeco solía ser colgado de un árbol y apedreado, y después quemado en una hoguera, lo que para los muchachos era una forma inocente de vengarse de las privaciones sufridas por su causa.

Los niños recorrían el pueblo deteniéndose ante las casas y cantando una canción con la que invitaban a sus dueños a darles los alimentos que pedían. No era frecuente que se les negara, y si en alguna casa se hacía era probable que sus habitantes fueran abucheados, e incluso los chavales podían lanzar objetos contra las ventanas.
El hecho de que la celebración tenga lugar justo en mitad de la Cuaresma ha sido motivo de que en algunos lugares en vez de un muñeco se porte un grueso palo que se simula serrar mientras se entona la copla petitoria, simbolizando la ruptura de la Cuaresma (en Cataluña los muchachos dicen salir a serrar la vella).

Torres de Montes es uno de los lugares de Aragón donde desde más antiguo se recuerda esta fiesta. Antiguamente se celebraba en miércoles, y sólo participaban chicos (precisamente una de sus diversiones favoritas de ese día era ir a la escuela de las chicas a burlarse de ellas). Para la petición cantaban una coplilla que dice así:

O viejo remolón
Que no quié comer pan,
Sólo chulleta y huevos
Y chocolate si le dan

En la actualidad, al haberse relajado las costumbres relativas a la abstinencia cuaresmal, la fiesta ha perdido su sentido original, aunque se sigue celebrando en muchos lugares por tradición y por simple diversión. Lo normal es que a los niños en lugar de comida se les dé caramelos, golosinas o dinero. Sigue siendo una celebración infantil, aunque a veces los más pequeños vayan acompañados de sus padres.

En algunos lugares participa todo el pueblo, aprovechando para celebrar una merienda colectiva al final de la fiesta. Incluso se ha trasladado al sábado más próximo con el fin de facilitar la asistencia a todos los vecinos. Una muestra más de cómo algunas tradiciones se adaptan a los tiempos, resistiéndose a desaparecer junto con los motivos originales por los que surgieron, especialmente sus aspectos más lúdicos.

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jueves, marzo 25

Un secundario de lujo: el queso rallado

(Leído en noviembre pasado en El Confidencial.com - escrito por un tal Caius Apicius-)

El queso rallado es un compañero habitual no sólo de muchos platos de pasta, sino de sopas como la minestrone y todas sus variantes, y de cosas tan características como la sopa de cebolla al estilo de Les Halles. Usamos, también, queso rallado en muchos platos, de pasta o vegetales, que terminamos con un golpe de gratinador, para formar esa costra tan agradable a la vista, pero también al tacto bucal -textura- y al paladar.

Es una de esas cosas en las que apenas nos fijamos, uno de esos ingredientes aparentemente secundarios a los que no damos demasiada importancia... pero que la tiene. Y es que hay muchos quesos rallados, sin contar esos extraños quesos 'rayados' -¿han visto ustedes alguna vez un queso a rayas?- que aparecen en no pocas recetas y en tantos mensajes a los actuales foros de la red en los que la ortografía brilla por su ausencia.

Normalmente, cuando pensamos en el queso rallado lo identificamos con el parmesano. Es natural: es italiano, como la pasta. Pero, sobre todo, es un gran queso, uno de los mejores quesos de vaca de pasta dura del planeta. Hablamos, claro está, del auténtico 'parmigiano-reggiano', esas piezas de unos treinta kilos de peso, elaboradas con leche de vaca procedente de dos ordeños diferentes, pero del mismo día, madurado de 20 a 24 meses y procedente de las provincias de Parma, Reggio, Módena, Bolonia -a la derecha del Reno- y Mantua -a la izquierda del Po-. Es un queso del que ya habla Boccaccio en el 'trecento' (siglo XIV).


Otro queso importante es el 'grana padano'. Se parece al anterior, pero no es lo mismo....No juegan en la misma liga.


Lo que es verdaderamente importante es que usemos el queso recién rallado. En esto ocurre como con tantas especias, con la pimienta a la cabeza: las que ya vienen molidas no son lo mismo que las que se compran enteras. La mejor manera de disfrutar de un buen queso rallado es, naturalmente, rallarlo uno mismo. En una comida de confianza, y de pocos comensales, puede hacerse circular la cuña de queso y un rallador, para que cada cual se administre a su gusto; en otro caso, lo mejor es rallar suficiente cantidad justo antes de sentarse a la mesa y servirlo en un bol -el clásico es de madera- del que se van sirviendo los comensales. Lo de los sobres o frasquitos de plástico es queso, sí, y está rallado, pero... hay bastante diferencia.


La familia del 'gruyère' se presta también mucho a esto. Recuerden: el 'gruyère' tiene ojos pequeños, y el de los grandes agujeros es el que el maestro Abraham García llama "el queso de Sherlock Holmes", que no es otro que... "el 'emmental', mi querido Watson". Es, el 'gruyère', el queso de la susodicha sopa de cebolla de los trasnochadores parisinos. Tiene una diferencia funcional muy clara con el parmesano: el queso italiano, al fundirse, no forma hilos; el suizo-francés, sí, como sabe bien todo el que haya disfrutado de esa sopa de cebolla o de una 'fondue', hilos que dan lugar a una serie de situaciones más divertidas que molestas.

Todos los citados son quesos de leche de vaca; pero también pueden rallarse, y se rallan, los de leche de oveja, siempre que sean de pasta dura, curados. Un plato tan conocido como los 'spaghetti alla carbonara' se completa, si queremos ser ortodoxos, con queso 'pecorino romano', no con parmesano.

Hemos hablado de quesos italianos, franceses, suizos... ¿Se pueden rallar quesos españoles? Sin duda. Un buen mahón, siempre que esté bien curado, puede hacer perfectamente las veces de un parmesano; y, en cuanto a quesos de oveja, nada les impide rallar un manchego curado, un idiazábal... Sucede que a los españoles nos gustan más esos quesos para comer tal cual, en cuñas, que para reducirlos a ralladuras, pero dan excelentes resultados.

Lo importante es que los quesos sean buenos, que tengan su DNI -todos los citados están amparados por algún tipo de IGP, que debe aparecer en su exterior- y, sobre todo, que no se los ralle hasta el último momento. Con estas mínimas precauciones, el queso rallado dejará de ser un elemento rutinario en nuestros platos y se convertirá en un factor importante a la hora de valorar el conjunto. Y es que, a veces, son los actores de reparto, injustamente llamados 'secundarios', los que dan categoría a una película.-

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martes, marzo 23

Sobretodo y sobre todo

(Leído en la revista Paisajes en el tren hace un par de meses)

No debe de confundirse la locución "sobre todo" con el substantivo "sobretodo". La locución adverbial "sobre todo" significa "principalmente" o "mayormente" y se escribe SIEMPRE con dos palabras. mientras que el substantivo "sobretodo" se escribe en una sola. Un sobretodo (substantivo) es una prenda de vestir ancha, larga y con mangas, en general más ligera que el gabán, que se lleva sobre el traje ordinario. En Sudamérica se utiliza como sinónimo de "abrigo" o "impermeable".

domingo, marzo 21

Parque no tan jurásico

Según contaban ayer en un documental de la televisión, la famosa novela de Michael Crichton, "Parque jurásico", debería llamarse en realidad "Parque Cretácico", ya que la mayoría de los animales que aparecen durante la misma son de este último periodo geológico.

De hecho, los famosos velociraptores aparecieron setenta millones de años después del jurásico, bien entrados ya en el cretácico.

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viernes, marzo 19

El "verdadero" Indiana Jones

(Bueno, más bien su inspiración. Y bastante polémico, además. Esto lo he leído en el XLSemanal del 1 de junio de 2008 y, ¿cómo no? en la Wikipedia)

Henry Walton Indiana Jones nació de un modelo imaginario, primero; y luego real. En 1977 Steven Spielberg se reunió con su amigo George Lucas en Hawai. Quería crear un nuevo héroe: ingenioso como Cary Grant, resolutivo como James Bond e inteligente como Albert Einstein. ¡Casi nada!

De aquel diálogo nació el profesor Jones. Y según anunció un artículo del semanario "Los Angeles Times", los fundamentos del personaje se inspiraron en la vida de Hiram Bingham como profesor y explorador.

Este personaje, nacido en Honolulú en 1875, era hijo y nieto de los primeros misioneros protestantes del reino de Hawai. Cuando era adolescente se estableció en los Estados Unidos con el propósito de completar sus estudios de teología e historia. No obtuvo un título, ya que pronto descubrió que lo suyo no estaba detrás de un escritorio.

Trabajó como profesor de historia en Harvard y luego en la Universidad de Princeton. Casado con una de las multimillonarias herederas de Tiffany, se hizo famoso cuando, trabajando en Princeton, encabezó una exploración por América del Sur en donde gracias a las indicaciones de un indígena, en 1911 redescubrió las ruinas de Machu Picchu, la emblemática ciudad inca. Allí sustrajo cincuenta mil piezas arqueológicas que hoy se encuentran ilegalmente en la Universidad de Yale, siendo reclamadas desde hace décadas por el gobierno peruano.

Más tarde, Bingham alcanzó el rango de capitán dentro de la Guardia Nacional de Connecticut en 1916. En 1917 se convirtió en aviador, fue piloto de cazas durante la Primera Guerra Mundial y organizó la Escuela Militar de Aeronáutica de los Estados Unidos, llegando a alcanzar el rango de coronel lugarteniente en su Armada y, más tarde, a convertirse en gobernador de Connecticut.

Viendo las fotos de la época, su parecido con Indy es evidente: el mismo tipo de sombrero, la camisa... Incluso escribió un libro en el que recordó sus viajes por Sudamérica ("La ciudad perdida de los incas"), que acabó siendo un éxito de ventas, atrayendo a los turistas a las ruinas.

Si no fuera por el expolio, una vida de leyenda, vamos.

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jueves, marzo 18

Pura economía-ficción

(Leído el 18 de marzo en un artículo de Maria Igartua en El Confidencial. Si no fuera tan serio parecería un chiste)

La desesperación del Gobierno griego por solucionar su problemón con la deuda no conoce límites. Cualquier medida es válida para conseguir reducir el déficit fiscal al 3% que exige Europa. Llegados a este punto, si cuando ocurre una catástrofe natural se abren cuentas solidarias para ayudar a los damnificados, ¿Por qué no hacerlo para una catástrofe administrativa?

La última genialidad que se le ha ocurrido al Banco de Grecia ha sido poner a disposición de todo el que lo desee una cuenta cuya recaudación se destinará sólo a reducir la deuda del país. Así, a través de la “Cuenta Solidaria para el Reembolso del Déficit Público”, cualquier ciudadano desde cualquier lugar del mundo puede aportar su granito de arena a la salvación helena.

La iniciativa, en marcha desde el pasado 5 de marzo, se aprobó por el banco central de Grecia a primeros de mes y sus bases son absolutamente “voluntarias”, según consta en el acta 271/4.3.2010.

De esta manera, la administración del estado ha hecho un llamamiento a todos sus compatriotas esparcidos por el mundo entero apelando al sentimiento nacional. De hecho, varias asociaciones de griegos en el extranjero han recogido el testigo para emprender una campaña destinada a salvar a su país.

Es el caso del Consejo de Administración del Consejo Mundial de Griegos en el Extranjero, que ha publicado una nota informativa en la que lanza un emotivo mensaje para recaudar fondos entre todos los emigrados.

“Helenos los cuatro rincones del mundo, que siempre aman y dan su apoyo a su lugar de nacimiento, Grecia, en cualquier forma que puedan y especialmente durante los tiempos difíciles”, asegura el llamamiento. “En este momento crítico para las finanzas de nuestro país estamos pidiendo a los griegos de todo el mundo que tomen medidas”.

Así, consideran que “es nuestro deber, de todos y cada uno de nosotros y todos juntos como uno sólo, apoyar y contribuir activamente a la campaña del Fondo de Solidaridad, que está encabezada por el presidente de la República Griega, Karolos Papoulias”.

Y concluyen, “tenemos confianza en la respuesta inmediata y positiva de todos en esta iniciativa, de manera que el helenismo de todo el mundo esté una vez más al lado de Grecia, demostrando que cuando nos unimos, nos volvemos más fuertes y más orgullosos de nuestras raíces griegas”.

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martes, marzo 16

Callos

(Otra historia curiosa de otros tiempos que enlaza costumbrismo y gastronomía, de Martín Ferrand y su columna El Almirez del 24 de enero, ¿de dónde sino?)

José Isidro Osorio y Silva, duque de Alburquerque, de Sesto, de Algete y marqués de Alcañices, Cuéllar, Balbases y no sé cuantos lugares más, fue, durante siete años, uno de los mejores alcaldes que Madrid disfrutó en el XIX. Cuando llegó a la plaza de la Villa, de donde nunca debió
marcharse el Ayuntamiento, la capital era una ciudad sucia y descuidada, pestilente, en la que cada cual desahogaba su cuerpo donde le venía en gana. En uno de sus primeros bandos estableció una multa de 20 pesetas por orinar en la vía pública y los madrileños le respondieron con una coplilla que se cantó por todos los rincones capitalinos: «¿Cuatro duros por mear? / ¡Caramba, qué caro es esto! / ¿Cuánto lleva por cagar / el señor duque de Sesto?».

La higiene de las tabernas fue uno de los objetivos principales del alcalde Osorio. Él implantó las frascas para el vino y las piletas de zinc que, ya en decadencia, le dieron forma al tipismo de «los Madriles» y cauce a los vinos manchegos y a los de Colmenar y Navalcarnero. Le encantaban los callos de Lhardy (carrera de San Jerónimo, 8) y cuando Alfon­­­­so XII, interno en Inglaterra, en la Academia Militar de Sandhurst, le manifestó su deseo de comerlos, hasta allí se los hizo llegar desde tan señalado establecimiento. En nuestros días, posiblemente y sin salir del casticismo, los hubiera encargado en La Tasquita de Enfrente (Ballesta, 6), donde Juanjo López prepara, en
versión actualizada, los mejores de Madrid. Tan buenos como los que, al modo clásico, elabora Pilar Navarro en Casa Navarro (Pámanes, Cantabria), una casa de comidas que merece peregrinación.

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sábado, marzo 13

Louis XIV, fou des petits pois

(Y aunque yo me enteré por un comentario en una revista francesa, la información que viene a continuación viene del "Hola" digital, así que me temo que lo único francés de este artículo es el título)

Ese coloso del huerto en miniatura, el elegante y asiático Pisum sativum L., tribu Papilionáceas, llegó de Génova de la mano del limonadero parisino Audiger en París, el 16 de enero de 1660, ante el mismísimo Luis XIV y su Corte al completo.

Ahí, en pleno Louvre, el Duque de Soissons desengranó un puñado de verdes vainas protegidas entre hierbas y rosas. Un clamor extasiado saludó unas minúsculas bolitas rebosantes de verdor y frescor, después de un viaje de quince días en cesta cerrada. Luis, maravillado por su delicioso sabor y tamaña hazaña inaudita en tan fría estación, espetando un “nada es tan novedoso ni tan hermoso”, ordenó al Sieur Baudouin, su “controlador de boca”, de “componer ya una receta para su reina madre, su esposa, dos otros para el Cardenal Mazarino y Monsieur, su hermano”.

La cosa desató un auténtico furor gastronómico en el Rey solar, quien, en pleno ataque de nouvelle cuisine”, consumió hasta indigestarse esa ternura de 4000 años de antigüedad y lustro impecable, que le provocaba tanto placer y claro bienestar.

El guisante, ahora legumbre de relumbre y producto de lujo, se bautizó “petit pois” para distinguirle del seco y arrugado, comido en puré entre plebeyos. Como su bella flor sedosa, integró la fantaisie potagère real y los imperantes gustos alimentarios delicados. Además, su rabioso favor real y sabor natural provocaron una auténtica evolución entre fogones. Siguiendo las normas culinarias dictadas desde el trono, eclosionaron recetas más saludables y un nuevo personaje, el gourmet, pero sobre todo, se rehabilitaron las despreciadas legumbres frescas, esas raíces bestiales destinadas al pueblo llano, por tanto consideradas rastreras, sucias, vulgares, incomibles y hasta malignas, véase al respeto las tribulaciones patateras...

Bajo el sol de Luis, el invasor petit pois alimentó todo: aristócratas, burgueses y hasta las conversaciones. Resumió el delirio una emocionada Madame de Maintenon en una carta famosa: “El capítulo de los “petits pois” sigue vigente. La impaciencia de comérseles, el placer de haberles comido y la alegría de volver a devorarles son los tres puntos que ocupan nuestros Príncipes desde hace varios días...”

En cuanto a De la Quintinie, sufrido agrónomo real, tuvo que ingeniárselas para satisfacer el estacional capricho regio y “fabricarlo” fuera de temporada. Milagro hecho realidad mediante angélica paciencia, campanas de vidrio a granel, estufas calientas y un hortelano borbónico inesperado, el monarca in person.

Así el hombre más poderoso del mundo mundial, Louis Dieudonné, rey de Francia y de Navarra, metido a voluntario urgente en su Real Huerto, diaria y personalmente vigiló ese cultivo, a quien hablaba, acariciaba y cuidaba, como si de oro puro se tratara. Hasta paseó sin reírse ante los reales petits pois de su alma a los prestigiosos embajadores del Siam y al Doga de Venecia, previamente atiborrados de los mismos a la mesa real. ¿Y qué encontraban las distinguidas damas en sus aposentos versallescos entre bomboneras de chocolate? El implacable ojo verde del omnipresente guisante, por supuesto, a todas horas por orden, obra y gracia del goloso soberano y para hartura definitiva del callado personal. ... Manías de una real gula.

Singulares efectos. El dichoso petit pois desinhibió y desató en el soberano su lado más lúdico e infantil. En ciertas comidas, olvidándose del penoso protocolo, Luis, alias el Grande, tiraba a modo de proyectil las esmeraldas bolitas, después trocitos de pan y platos enteros de ensaladas aliñadas sobre sus atónitos convites. Fuera de Versalles, siempre seguío exigiendo, pataleando, su momento petits pois. En fin, el invicto guisante, alegría de la huerta regia, sensación de la Corte y hartazgo de muchos, terminó ennoblecido por su mejor embajador, Luis XIV. Entronizado “Príncipe de los Entremeses” desbancó al aristócrata espárrago, antaño predilecto del soberano, puesto firme en una receta del misterioso “LSR”, llamada “espárragos a modo de guisante verde”. El cultivo, negocio redondo, se expandió despiadadamente por todo el país y Francia devino más verde que nunca. Incluso algunos lugares, como Clamart y Saint Germain, en las afueras de París, adquirieron fama por sus guisantes.

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jueves, marzo 11

Mencía de Calderón, rumbo al Nuevo Mundo

(Un artículo de Elvira Menéndez en el suplemento Crónica de El Mundo del 7 de febrero. Esta escritora es asimismo autora de un libro «Corazón del Océano», que recrea esta historia)

"La historia de Mencía de Calderón merece ser recordada cuando se cumplen 460 años de su partida desde Sevilla, en esta España de 2010 con un creciente protagonismo de las mujeres. Nombrada gobernadora en el Nuevo Mundo, tardó seis años en llegar. Así fue el penoso viaje.

10 de abril del año 1550. Hace poco que amaneció. De repente, una conmoción sacude el Arenal, el puerto fluvial de Sevilla. Las carretas se inmovilizan. Estibadores, calafates, marineros, comerciantes, soldados, hidalgos, pícaros, esclavos, mendigos, capeadores y toda clase de gentes de buen y mal vivir, se quedan con la boca abierta al ver aparecer a unas 80 damas, primorosamente peinadas, maquilladas y vestidas. Al frente destaca una señora enlutada, Mencía de Calderón, de mirada inteligente, que camina con firmeza. Parece mayor de los apenas 33 años que cuenta.

-¿A dónde irán esas damas?- se preguntan los curiosos.

-Al Río de la Plata- acierta a explicar un enterado.

-¿No dicen que esa zona de las Indias es muy pobre y le han puesto el nombre de Río de la Plata para atraer pobladores?

-No debe de serlo tanto cuando damas tan principales viajan allí. Mirad que ricas prendas llevan y lo hermosas que son.

Sin duda tienen la frescura de la juventud, pues la mayoría ronda los quince años. Pero no son ricas. Sus familias hidalgas sacaron de los arcones sus mejores ropas, heredadas de sus ancestros, para paliar el remordimiento que sentían por tener que enviar a sus hijas a casar al Nuevo Mundo. No disponían de dinero con que dotarlas y tampoco forma de conseguirlo. Un cristiano viejo, de sangre limpia, sin ascendientes judíos, moros ni conversos, no podía dedicarse a tareas innobles como la agricultura, la industria, la usura o el comercio, sino a administrar sus tierras o a servir a su majestad, ya fuera en la administración o con las armas. Como no tenían dinero para dotar a sus hijas, el enviarlas a matrimoniar con un conquistador era una solución honrosa.

-¿Y quién es esa dama enlutada, que camina junto a un joven, dos muchachas y una niña?

-Es Mencía de Calderón, la Adelantada- comenta alguien.

-¿La Adelantada? ¡Alabado sea Dios! ¿A dónde vamos a llegar? ¡Nombrar a una mujer para gobernar territorios del Nuevo Mundo!

Mencía de Calderón y su séquito llegan al pie de las rampas que la tripulación ha colocado para que las mujeres suban con más comodidad a los tres buques que las esperan anclados en mitad del río. Allí se divide el cortejo. Las mujeres que viajan con sus esposos o padres, embarcarán en la nao capitaneada por Francisco de Becerra. La gente de armas y la mayoría de los pertrechos, en la nave del capitán Ovando. Y doña Mencía, sus tres hijas y la mayor parte de doncellas, en el San Miguel. Es el más grande y espacioso de los tres, aunque también el más lento.

Las incomodidades comienzan nada más zarpar. Disponen de un espacio de unos 200 metros cuadrados para más de 50 mujeres y otros tantos tripulantes. Tienen que dormir amontonadas. Las ratas, cucarachas, pulgas y chinches se enseñorean del barco. La falta de higiene y el hedor son insoportables. Más para las mujeres, que sufren la costumbre, como se llama a la menstruación en la época. De ninguna manera se puede desperdiciar el agua dulce en lavarse. Los marineros lo soportan bien, acostumbran a bañarse y cambiarse de ropa al final del viaje. Pero las mujeres tienen que lavar su ropa íntima. Han de conformarse con meterla en jaulas, que echan al mar para que la corriente las enjuague. ¡Las escoceduras que los tejidos endurecidos por la sal les producen!

En los primeros días de viaje nada de eso les importa. Sus rostros resplandecen de felicidad. Viajan al Nuevo Mundo a contraer matrimonio con conquistadores. A dar ejemplo a las indias de honestidad, maneras y buenas costumbres. A conseguir un marido rico y disfrutar de una vida mejor. Además, se dice que en las Indias las mujeres pueden desplazarse de un lado a otro sin la celosa vigilancia de hermanos o maridos. Para ellas, que nunca habían salido de sus pequeñas villas de Extremadura, aquel viaje es una aventura fascinante. ¡Qué poco sospechan que tardarán seis años en llegar a su destino! Tendrán que sortear tempestades, ataques de piratas, peste, prisión en territorio portugués, hostigamiento de los indios, y, por último atravesar a pie más de 1.600 kilómetros de selva para alcanzar la meta.

Mencía de Calderón nunca soñó que protagonizaría esta asombrosa epopeya, pues era su esposo, Juan de Sanabria, el encargado de conducir la expedición. Este rico hidalgo, natural de Medellín, Extremadura, ciudad donde había nacido Hernán Cortés, quizá impresionado por las hazañas de este conquistador, o por las riquezas fabulosas que llegaban del Nuevo Mundo, solicitó al emperador Carlos V el cargo de Adelantado, simular a un virrey, del Río de la Plata y del Paraguay.

El Emperador se lo concedió a cambio de que llevara una flota de no menos de seis barcos con doncellas hidalgas «para poblar». La ciudad de Asunción del Paraguay era conocida como el jardín de Mahoma porque los españoles tenían harenes de indias y tenían por costumbre -una de las pocas decentes-: reconocer a sus hijos mestizos y considerarlos sus herederos a todos los efectos. Esto implicaba un riesgo de independencia que la corona quería atajar frenando el mestizaje.

Tras vender sus bienes y los de su esposa, Juan de Sanabria y los suyos se trasladaron a Sevilla para armar los barcos. Los acompañaban algunas familias extremeñas que buscaban en el Nuevo Mundo una vida mejor. Y también unas 80 jóvenes hidalgas de sangre limpia, sin ascendientes judíos, conversos ni moriscos.

Pero Juan de Sanabria murió en 1549, antes de poder zarpar. Esto supuso una enorme contrariedad para el Consejo de Indias, pues su hijo y heredero, Diego de Sanabria, apenas tenía 18 años y no podía hacerse cargo de la misión. Portugal se estaba adueñando de territorios que no le correspondían y tenía los ojos puestos en el Río de la Plata; quebrantando el Tratado de Tordesillas mediante el cual las mayores potencias de la época se repartieron el mundo.

Mencía de Calderón se ofreció a llevar a cabo la misión encomendada a su difunto marido. Sorprendentemente, el Consejo de Indias aceptó confiar esta importante expedición a una mujer. Se acordó que zarparía con tres naves. Y su hijastro -Diego era hijo del primer matrimonio de su esposo- la seguiría 10 meses después con otras tres.

Partió de Sevilla en 1550. Poco después de dejar las Canarias, una terrible tormenta destrozó su nao y la separó de las otras dos. Se vieron obligados a costear a lo largo del golfo de Guinea. En aquellas aguas fueron atacados por unos piratas franceses. Mencía, temiendo que ultrajaran a las mujeres para después venderlas en los mercados de esclavos del norte de África y que asesinaran al resto de la tripulación, decidió no pelear, en contra de la opinión de sus hombres de mando, aguerridos soldados. Negoció con los piratas no hacerles frente y dejar que se llevaran todo lo que había de valor en el barco a cambio de que respetaran las vidas de los expedicionarios y el honor de las mujeres. Robaron casi todo: instrumentos de navegación, joyas, ropas…

Pasaron meses en algún lugar perdido de la costa de Guinea reparando la nave. Tarea en la que participaron las mujeres cosiendo velas, haciendo cuerdas, preparando conservas… Cruzar el océano sin instrumentos de navegación era casi impensable. Se perdieron en el mar durante meses. Sufrieron hambre, sed y se declaró la peste, a causas de la cual murieron muchos tripulantes y bastantes mujeres, entre ellas la hija menor de Mencía.

Cuando arribaron a la isla de Santa Catalina (hoy Santa Catarina, Brasil), pensaron que sus miserias habían finalizado. Pero los indios los atacaron, y tuvieron que pedir ayuda a los portugueses; se trasladaron a la capitanía lusa de San Vicente y allí estuvieron prisioneras durante dos años.

Cuando, por fin, los expedicionarios fueron liberados, algunas mujeres se casaron con portugueses y se quedaron en la próspera capitanía de San Vicente. Otras se casaron con miembros de su misma expedición, entre ellas las hijas de la líder de la expedición.

Mencía fundó una colonia en San Francisco (Brasil), como le había ordenado el Consejo de Indias. Desgraciadamente tuvieron que abandonarla pocos meses después, debido a los ataques de los tupies. Exhaustas y desesperadas, se dirigieron a Asunción a través de la selva acompañadas de algunos hombres. Tuvieron que recorrer más de 1.600 kilómetros en condiciones muy penosas, pero después de muchos sinsabores alcanzaron su destino. Llegaron unas 40, la mitad de las que salieron de Sevilla seis años antes.

Allí Mencía se entera de que la Corona, dando su expedición por perdida, ha confirmado a Diego Martínez de Irala como gobernador del Río de la Plata. Diego, el hijo por el que Mencía tanto luchó, nunca llegó a ocupar el cargo de Adelantado. A causa de una tormenta, su nao se desvió hasta la costa venezolana. Murió, se dice, a manos de los indios cuando trataba de llegar a Asunción a través de la selva.

Las mujeres que llegan a Asunción no son las mismas niñas que salieron de Sevilla con el propósito de matrimoniar con «conquistadores». Muchas han muerto en el camino, incluida la hija pequeña de la Adelantada. Las que sobrevivieron, después de la dura experiencia del viaje, son mujeres fuertes, osadas, capaces de enfrentarse a cualquier peligro.

Aunque Mencía de Calderón haya sido injustamente olvidada, sus descendientes -y los de las mujeres que la acompañaron- han llegado a formar parte de las élites de lo que hoy es Paraguay, Uruguay y Argentina.

Los hombres y mujeres que como ella se preocuparon más de la colonización que de la conquista -ella llevaba en sus barcos libros, semillas, instrumentos de labranza y animales vivos para impulsar la ganadería y la agricultura-, escribieron con sus esfuerzos una de las partes más importantes de la historia de América ¡y la nuestra! En 1564, Mencía escribió un breve relato donde narra su odisea. Es su legado a la Historia."

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domingo, marzo 7

Quitando pegamento

Ahora que soy tía de una preciosidad vivaracha que no para de moverse y montar desaguisados, cada día me interesan más estos trucos caseros... (sacados de internet y de un par de revistas, así que hay que leerlos -y aplicarlos- con precaución, sentido común y el conocimiento de que quizá sean erróneos.)

Quitarlo de la piel: Meter la piel con el pegamento en agua caliente con jabón. retirar suavemente la piel afectada. Como el pegamento se deshace con la acetona, también se puede usar, especialmente en el caso de los dedos pegados. Por cierto, antes de llegar a eso hay que intentar separarlos haciendo un poco de fuerza :-D

Quitarlo de la ropa: Empapar un trapo normal con vinagre en grandes cantidades. Frotar con fuerza la mancha con el paño, y después aclarar con agua fría. Así, el pegamento se "despegará".

Quitarlo de los labios (suena fatal, ¿verdad?): Si se te pegan accidentalmente los labios aplicar mucha agua caliente y mantener lo más húmedos posible los labios, empujándolos con saliva. Haz fuerza poco a poco para despegar los labios. Es imposible tragarse el pegamento líquido. El pegamento se solidifica con el contacto con la saliva, pudiendo pegarse en el interior de la boca. La saliva despegará el pegamento en uno o dos días. Evita tragar el pegamento que se desprende. Nota: aún no se cómo puedes llegar a esta situación...

Quitarlo de los párpados (vamos al más difícil todavía): Abundante agua caliente y aplicar una gasa a modo de parche. El ojo se abrirá sin más en un periodo de 1 a 4 días. No se conocen daños permanentes en los ojos por pegamento. No forzar para abrir los ojos.

Eliminarlo de los ojos (globo ocular): El adhesivo se unirá a las proteínas del ojo y desaparecerá por sí solo al cabo de unas horas. Se podrá tener momentos de visión doble o borrosa hasta que desaparezca. Utilizar una solución caliente al 3% de bicarbonato sódico para lavar repetidamente los ojos.

Y especialmente en los últimos dos casos, lo mejor es que un médico eche un vistazo, por si las moscas.

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viernes, marzo 5

La Cincomarzada

(La mayor parte de la información la he leído en la Gaceta Universitaria)

Además de una fiesta popular (festivo en Zaragoza), la Cincomarzada es la conmemoración de un capítulo de las Guerras Carlistas.

Corría el año 1838 y el país se desangraba en una guerra civil entre los partidarios de Isabel II y su madre Maria Cristina contra los defensores de Carlos María Isidro de Borbón. El padre de la primera, marido de la segunda y hermano del tercero consiguió ser un desastre hasta después de morir: anulando la ley Sálica con la Pragmática Sanción, dejó al país entero luchando por la sucesión. En fin, que lo de tener ineptos en el gobierno nos viene de lejos, vamos.

En este contexto, en el frente de aragón, el general carlista Cabrera ordenó la toma de Zaragoza a uno de sus lugartenientes, Cabañero. Con esa orden, el general de Urrea de Gaén entró en zaragoza el 5 de marzo burlando las defensas y adentrándose en la ciudad. A pesar de la ventaja que le daban la noche y el factor sorpresa, se encontraron con un contratiempo con el que no contaban: los vecinos de la ciudad.

Como un huracán y desde todas partes, los más de 3000 carlistas que entraron a conquistar Zaragoza se vieron envueltos en una lluvia de piedras, agua hirviendo y disparos. Antes de que la guarnición militar de la ciudad se hiciese con el control de la situación, la Milicia Nacional y el pueblo habían derrotado a las tropas de Cabañero, que huyeron en desbandada en dirección a Cuarte de Huerva.

Con motivo de esta gesta, la ciudad de Zaragoza se ganó el título de "siempre heroica" en alusión a su constante vigilancia.

miércoles, marzo 3

Adelgazar, moda ya hace siglos

(Extraído de un artículo de Martin Ferrand en el Almirez del XLSemanal del 31 de enero)

Cuando la florentina Catalina de Médicis, hija de Lorenzo II, contrajo matrimonio con Enrique II, rey de Francia, la historia de la cocina francesa dio un giro copernicano. No sólo, ni fundamentalmente, por los refinados gustos nutricios que, en el segundo tercio del XVI, la italiana trasladó a la corte de París –el culto a los sorbetes de frutas, en primer lugar–, sino porque ella introdujo en Francia la moda del corsé.

Presumía de tener «cintura de avispa» y colaboraba con la madre naturaleza ciñéndose el cuerpo con tan –sospecho– incómoda prenda de la lencería femenina. Las damas de la corte no quisieron ser menos que la reina y las barriguitas y otras redondeces nada denostables pasaron a estar proscritas. Entonces, como hoy, se pusieron de moda las dietas más absurdas y peregrinas.

lunes, marzo 1

Sacando dinero de las flores

(Literalmente. Y es que lo de regalar flores en San Valentín no es sólo un detalle sino un negocio para algunos. Esta información la he sacado de un artículo de Salud Hernandez Mora, del suplemento económico de El Mundo del 14 de febrero)

Doscientos cincuenta aviones despegaron en los últimos días de los aeropuertos de Bogotá y Rionegro, cargados de flores, para que los enamorados del mundo celebren su día. El amor derrotó la crisis económica estadounidense, las violentas heladas de diciembre en la sabana bogotana, las carreteras cortadas por la nieve en diversas ciudades de destino, los pronósticos de un domingo de intenso frío, la caída del dólar. Hoy será otro San Valentín perfumado por 800 millones de flores colombianas que partieron, sobre todo, hacia Estados Unidos.

Esta romántica jornada genera más de un tercio de los ingresos de un negocio que en Colombia nació, precisamente, por iniciativa de un norteamericano para conmemorar un 14 de febrero hace 40 años.

Desde entonces, la nación sudamericana se ha convertido en el segundo exportador mundial de flores, sólo superado por Holanda, y el primero de claveles, una marca lograda a costa de los españoles.

El año pasado los floricultores colombianos exportaron por un valor de 1.050 millones de dólares (770 millones de euros), según datos de Asocolfores, la asociación que les agrupa. Pero el pnorama que enfrentan está cargado de nubarrones. Sobre todo, porque el dólar, que llegó a valer 2.920 pesos en el 2003, ha caído hasta los 1.950 actuales. Mientras, los costes laborales, que suponen el 80% del total, y los de producción, siguen subiendo y estrechando los márgenes.

«Pese a todo, el potencial de crecimiento del mercado es enorme. Suiza y Noruega, los que más flores consumen, gastan una media de 100 euros anuales, mientras que los norteamericanos solo 25», señala Augusto Solano, presidente de Asocolflores.

«España es un mercado aún pequeño en el que queremos crecer . Ahora nos estamos enfocando en Inglaterra, Alemania, principal importador del mundo, y Corea del Sur», explica.

Su competidor más fuerte es Holanda. China produce más que nadie, «pero de mala calidad», asegura Solano. Méjico, tan próximo a Norteamérica, también tiene un gran volumen de producción pero con el mismo problema de los chinos. Los países que empiezan a hacer sombra, aunque aún a mucha distancia, son Ecuador, que ofrece idéntica calidad, y Kenia, que cuenta con buen producto y una mano de obra muy barata. En un horizonte más lejano vislumbran a Etiopía.

Si bien San Valentín se celebra en casi todo el hemisferio occidental, ninguna nación es comparable a Estados Unidos, que consume casi todas las flores que se cultivan pensando en esa fecha en la que las rosas y los claveles son las preferidas. Para llegar a tiempo, los productores
de rosas deben empezar a podar las plantas entre octubre y noviembre porque cada una tarda entre 76 y 90 días en crecer. Y para San Valentín tienen que ser rojas.

«Hay distintos colores para cada ocasión y país», explica Mónica Salgar, cultivadora de rosas de exportación en la sabana de Bogotá, el lugar donde se concentra alrededor del 75 % de la producción nacional de flores. «Las rojas son para el 14 de febrero y Navidad, porque la gente
las combina con la decoración de esas festividades. Para Halloween son amarillas y naranjas; blancas para las bodas y las lila, por ejemplo, suelen ser las favoritas de los gays», detalla. «También varían las preferencias en el tamaño del tallo y de la copa. A los estadounidenses les gustan largos y la copa pequeña; a los rusos, copa grande y tallo corto», puntualiza Salgar.

Hace unos 15 años las grandes superficies norteamericanas impulsaron la venta de los bouquets, que son más asequibles a todos los bolsillos y permiten utilizar variedades florales.

Además de disputar el corazón de los enamorados entre distintas especies, los floricultores compiten con los chocolates, perfumes, restaurantes, hoteles. «Y si cae en domingo, los hombres envían menos ramos a sus amigas, que suelen recibirlos en sus oficinas», afirma Alberto Cuéllar, un comercializador.

En total, son 7.500 las hectáreas dedicadas a las flores en Colombia, el 90% en invernadero. El sector es el más intensivo en mano de obra del sector agrícola al generar unos 15 puestos de trabajo por hectárea de medida. En la actualidad, hay unas 200.000 personas empleadas directa o indirectamente, la inmensa mayoría mujeres que son cabeza de familia. Para San Valentín, además, contratan trabajadores temporales que, en 2009 alcanzaron los 21.000. Este año, sin embargo, el número de temporeros fue menor por las fuertes heladas de finales de año y que
hicieron perder a algunas empresas hasta el 70% de la cosecha. «Al margen de las heladas, nuestra tragedia es la revalorización del peso respecto al dólar. En la sabana hay 60 empresas en liquidación o acogida a la ley de quiebras y muchos tuvimos que despedir personal. La banca nos califica como de alto riesgo y nos tiene casi cerrado el grifo del crédito», asegura Rafael Manrique, floricultor bogotano. «Si los costes fijos siguen subiendo y el dólar bajando, es irreversible la
desaparición de muchas empresas», pronostica. «Y sería una lástima», agrega su colega Roberto Vargas. «Es un negocio familiar, tradicional, que nos apasiona».

Las floristerías españolas tendrán hoy uno de los tres días 'grandes' del sector. El día de los enamorados supone el 14% de las ventas anuales de flores, sólo superado por el día de Todos los Santos (20%) y el día de la Madre (17%), según datos de Interflora. Aunque la crisis ya se hizo sentir el pasado año en la disminución de las ventas, los floristas confían en ser una alternativa válida pese a la recesión, ya que el cliente puede adaptar su presupuesto a un regalo, un detalle floral o una planta, disponibles desde dos euros.

Pero la reina de San Valentín es la rosa. Una flor que ofrece muchas posibilidades en función del bolsillo de cada uno. Desde los cinco o seis euros de la unidad, pasando por una composición de tres rosas, a unos quince, o la docena que puede rondar los 50 o 60 euros, en función de la calidad de la rosa, el tamaño de la flor y el tallo.

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