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domingo, octubre 18

Sinfonía de las lamentaciones

(A veces, la belleza de la música no deja ver la historia que tiene detrás. Copio de la wikipedia, aunque fue una revista la que me puso sobre la pista de esta historia)

La Sinfonía n.º 3, Op. 36, también conocida como Sinfonía de las canciones dolientes o Sinfonía de las lamentaciones (en polaco, Symfonia piesni zalosnych), es una sinfonía en tres movimientos compuesta por el compositor Henryk Górecki en Katowice, Polonia, entre octubre y diciembre
de 1976.

La sinfonía está escrita para orquesta y soprano. Ésta canta un texto polaco distinto en cada uno de los tres movimientos: en el primero, un lamento atribuido a la Virgen María escrito en el siglo XV; en el segundo, un mensaje escrito en la pared de una cárcel de la Gestapo durante la
Segunda Guerra Mundial; en el tercero, una canción folclórica sobre una madre que busca a su hijo, asesinado durante la insurrección silesia de 1919. El tema central de la sinfonía es por tanto el de la maternidad y la separación de los seres queridos por culpa de la guerra.

En 1973, Górecki recurrió al folclorista polaco Adolf Dygacz en busca de melodías que pudiera incorporar a su nueva obra. Dygacz le presentó cuatro canciones grabadas en la región de Silesia, una de las cuales impresionó al compositor. Se trataba de una melodía titulada «A dónde se ha ido mi querido hijo» (Kajze mi sie podziol mój synocek mily), que describía el dolor de una madre por su hijo, caído durante la guerra, probablemente durante las rebeliones de 1919–1921. Górecki había oído una versión de esta canción en los años 1960 y no le había prestado especial atención, pero la letra y la melodía del nuevo arreglo recogido por Dygacz lo cautivaron hondamente. Más tarde afirmó: «Para mí, es un texto poético maravilloso. No sé si un poeta profesional podría crear tanta fuerza poética con palabras tan simples y tersas. No hay pena, desesperación o resignación, ni gesticulaciones exageradas: sólo hay el dolor y los lamentos de una madre que ha perdido a su hijo».

Ese mismo año, Górecki oyó hablar de una inscripción garabateada en la pared de una prisión de la Gestapo en Zakopane, situada a los pies de los Montes Tatras, al sur de Polonia. Las palabras pertenecían a la adolescente de dieciocho años Helena Wanda Blazusiakówna, encarcelada el 25 de septiembre de 1944. La inscripción decía: «O Mamo nie placz nie—Niebios Przeczysta Królowo Ty zawsze wspieraj mnie» («Oh mamá, no llores - Inmaculada Reina Celestial, socórreme siempre»). El compositor lo recordaba así: «Admito que siempre me han irritado las grandes palabras, los gritos de venganza. Quizás si me viera frente a frente con la muerte yo también gritase así; pero esta frase que encontré era diferente, casi una disculpa o una explicación por haberse metido en este lío; busca consuelo con palabras sencillas, pero significativas». Más tarde explica: «En la prisión, toda la pared estaba cubierta de inscripciones que clamaban: 'Soy inocente', 'Asesinos', 'Ejecutores', 'Liberadme', 'Salvadme', etc. Todo era chillón y banal. Los adultos escribían este tipo de mensajes, pero he aquí una chica de dieciocho años, casi una niña. Ella es diferente. No desespera, no llora, no exige venganza. No piensa en sí
misma, en si merece o no este destino. En cambio, piensa en su madre, que es quien experimenta la verdadera desesperación. Esta inscripción es algo extraordinario. Y realmente me fascinó».

Górecki tenía pues dos textos: uno de una madre hacia su hijo, y otro de una hija hacia su madre. Tras buscar textos para continuar con este tema, se decidió por una canción popular del siglo XV de la ciudad de Opole. Su texto contenía un pasaje en el que la Virgen María habla con Jesús en el
momento de la crucifixión: «Oh, hijo mío, el Amado y Elegido, comparte tus heridas con tu madre...» («Synku mily i wybrany, Rozdziel z matka swoje rany...»). Górecki afirmó que «este texto era popular, anónimo. Así pues, tenía tres actos, tres personas. Originalmente, pensé enmarcar estos textos con una introducción y una conclusión. Incluso elegí dos versículos (el 5 y el 6) del salmo 94 (93 en la versión Vulgata), de la Biblia traducida al polaco por Jakub Wujek: "A tu pueblo, Yahveh, aplastan, a tu heredad humillan. Matan al forastero y a la viuda, asesinan al huérfano"». Sin embargo, Górecki terminó desechando este formato, porque creía que esa
estructura haría que la sinfonía fuera «sobre la guerra». Górecki quería trascender más allá de lo específico, por lo que estructuró su obra como tres lamentos independientes.

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