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domingo, febrero 22

Aprendiendo de la experiencia ajena

(Escrito por J. García Montalvo en el suplemento económico de El Mundo del 8 de febrero)

En los últimos meses muchos economistas y gestores empresariales han trazado similitudes entre los acontecimientos de la Gran Depresión y la situación de crisis económica que se vive en la actualidad. George Soros ha llegado a decir que la crisis actual es aún peor que la vivida hace
80 años. Sin embargo, no hay que retrasar tanto la máquina del tiempo para encontrar un episodio económico con gran similitud a la situación económica que se vive en la actualidad: sólo hay que parar en la estación de Japón.El interés de esta comparación no reside sólo en la evolución de las variables económicas sino también, o fundamentalmente, en la reacción del Gobierno.

La década perdida japonesa comienza con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el subsiguiente desinflado de las valoraciones de las empresas en bolsa. Recordemos que el índice Nikkei llegó hasta los 37.000 puntos, y en la actualidad oscila en torno a los 8.000. Familias y empresas estaban sobreendeudadas y debían desapalancarse. Después llegó la ralentización de los precios y la deflación.

Durante los primeros compases de la recesión japonesa se tomaron pocas medidas, algo similar a lo sucedido en la Gran Depresión.Pero a medida que los precios de la vivienda caían, los problemas del sector financiero se agudizaban. En 1997 comienzan los problemas graves del
sector bancario, coincidiendo con una importante caída del valor del colateral de las hipotecas. En Estados Unidos la caída de los precios de la vivienda ha sido más rápida que en el caso japonés y, por tanto, los problemas graves en el sistema financiero estadounidense han aparecido con menor retraso con respecto al pico del ciclo inmobiliario. Aviso para navegantes: la caída de los precios de la vivienda en España producirá el mismo efecto, aunque más tarde, pues el ciclo económico en España va con retraso respecto al de Estados Unidos.

Pero quizás el aspecto más destacable en la analogía entre la década perdida japonesa y los problemas actuales de Europa y Estados Unidos sea la reacción gubernamental. En Japón también se intenta en las primeras fases cambiar la percepción de la realidad en lugar de actuar sobre la realidad. En 1996 el gobierno japonés, ante los problemas de capitalización de los bancos, decide dar libertad para contabilizar los activos a precios históricos o a precios de mercado. ¿De qué me suena esto? Pues es lo mismo que proponía el primer paquete anticrisis de Paulson (suspender la obligación de fijar los precios de los activos al precio de mercado o mark-to-market), aunque hace unos días fue rechazado por la SEC. En España también se han tomado medidas cosméticas: el Real Decreto Ley 10/2008 suspende durante dos años el cómputo de las pérdidas por deterioro de los activos inmobiliarios a efectos de cálculo del patrimonio neto y el capital social. Contabilidad creativa que sólo puede funcionar en una crisis de corta duración.Si la crisis se extiende todos estos artificios no hacen más que agravar los problemas.

La crisis japonesa resultó ser más intensa de lo esperado y el guardar las apariencias no funcionó. En noviembre de 1997 se instaura la protección de las transacciones en el interbancario.¿De qué me suena esto? Hemos visto tomar la misma media en la crisis actual. En febrero de 1998 se aprueba en Japón una ley para proporcionar protección general a los depositantes y comienzan las inyecciones de liquidez (que continuarán en marzo de 1999).¿De qué me suena esto? Estados Unidos aumentó rápidamente el límite de la garantía de depósitos. También España y otros países tomaron la misma medida. En Norteamérica y el Reino Unido, aún no en España, ya se han realizado multitud de inyecciones de liquidez, incluidas algunas dirigidas a los bancos más
grandes. Esto no fue suficiente y en octubre de 1998 comienzan las nacionalizaciones de bancos en Japón. ¿De qué me suena esto? Varios países (incluido el Reino Unido) ya han realizado nacionalizaciones bancarias, y el modelo sueco parece ganar adeptos por momentos, mientras
muchos países, incluso Alemania, se plantean la posibilidad de la nacionalización.

Finalmente, en el caso japonés también se produjo la compra de activos tóxicos. La primera compañía (privada) aparece en diciembre de 1992. Pero la primera empresa pública es, en 1999, la Resolution and Collection Corporation (RCC) que fue creada para gestionar los créditos morosos y activos tóxicos de bancos solventes y los activos de las instituciones financieras quebradas. ¿A qué me suena esto? A una versión del TARF (Estados Unidos) y el FAAF (España).

A pesar de toda esta batería de medidas, el sistema financiero japonés siguió deteriorándose hasta 2002 cuando se produjo una cierta recuperación de la economía real. Como sabemos la recuperación no ha durado mucho.

José García Montalvo es catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra.

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